Barcelona (24 de enero).- Katharina Katit-Stäheli, la mujer suiza que degolló a su hijo de diez meses en el Hospital de Torrevieja, tiene 40 años y es una apasionada de los animales, en especial los caballos, y una vegana convencida. Precisamente su férreo seguimiento a esta dieta fue lo que le hizo perder la custodia de su hijo Dylan, ya que se negó en rotundo a que el pequeño fuera tratado de la hidrocefalia que padecía con la ayuda de la medicina tradicional.

Katharina tiene una hija ya adulta, fruto de un matrimonio anterior, y el padre del pequeño asesinado es un ciudadano de origen egipcio con el que ya no mantiene ninguna relación. Al parecer, trabajaba a media jornada en unas oficinas y dedicaba el resto del tiempo al cuidado de cuatro caballos, que trasladó a unas instalaciones de Alemania cuando ya no pudo atenderlos durante el embarazo.

El 23 de diciembre fue detenida por la Policía alemana porque había huido con el pequeño y se había alojado en un apartamento de la localidad de Eggingen, al otro lado de la fontera. Madre e hijo fueron trasladados a un hospital infantil, del que se fugó un día después.

La policía suiza registró las dos residencias que posee Katit-Stäheli en el distrito de Bülach y en Waldshut (Alemania), a 60 kilómetros de la capital económica de Suiza. El resultado nulo de las pesquisas fue lo que hizo que la policía del cantón emitiera la orden de captura internacional con una recompensa de 2.500 euros.

Desde entonces, Katharina no había vuelto a dar pistas sobre su localización. El padre de la mujer, Othmar Stäheli, tampoco tenía noticias de ella, aunque creía que podría encontrarse camino de Grecia con su vehículo porque el día 9 recibió una carta, supuestamente desde Ljubliana, en Eslovenia. Sin embargo Katharina se dirigía hacia España y se había refugiado en Torrevieja.

La Policía Nacional recibió el pasado martes la orden de captura internacional a través del servicio de información Sirene que comparten los cuerpos policiales del espacio Schengen. El mismo miércoles fue detenida la mujer por la Guardia Civil en el hipermercado Carrefour de Torrevieja, después de que una ciudadana la viera comprando en un quiosco de la población.

Todavía no se conocen las causas concretas del porqué tenían las autoridades sanitarias suizas la tutela del niño. La versión oficial habla de que los servicios sociales de Suiza le habían retirado la custodia del bebé debido a los cuidados médicos que necesitaba el lactante, pero no aventura nada más. En el hospital torrevejense, madre e hijo estuvieron custodiados por agentes del Instituto Armado mientras los médicos realizaban pruebas al bebé, según fuentes hospitalarias.

Sobre las once de la noche, la mujer pidió poder bañar a su hijo, momento que eligió para degollarle y posteriormente intentar suicidarse con el mismo cuchillo. El centro negó que consiguiera el arma en el hospital y fuentes de la investigación apuntan a que era de la mujer y la introdujo en el hospital dentro de una bolsa.

Los agentes, que en todo momento escoltaron a la detenida, no pudieron hacer nada por salvar la vida a Dylan. La mujer, tras intentar autolesionarse, fue intervenida de urgencias y está pendiente de evolución y con pronóstico reservado.
El juzgado de Instrucción número 5 de Torrevieja ha abierto un procedimiento por el fallecimiento del bebé y ha decretado el secreto de las actuaciones, según el Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana (TSJCV).- (Agencia)