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La gobernadora yucateca, Ivonne Ortega Pacheco, hace cosas raras, extrañas, que la ubican en un mandato más cercano a la improvisación que a la seriedad que el cargo exige. En un despliegue digno de la empresa televisa que tanto apoya a la gobernadora, la titular del Ejecutivo se presentó ante comisiones en H. Congreso de los Diputados para solicitar padrinos para 225 proyectos de su “gobierno”.
Es iluso, por no decir otra cosa, pretender que fuera de uno o dos proyectos de esa lista que sean apoyados por los diputados, los demás tengan algún eco en San Lázaro. Pero aquí el punto es cómo la receta de vender todo a manera de producto televisivo va permeando en asuntos que requieren de seriedad y destreza y no visiones de mundos mágicos llenos de colores, como por más de dos años ha sido la ruta que vive Yucatán.
Se requiere capacidad para poder negociar recursos que detonen el desarrollo de la entidad, porque Yucatán no va a crecer como economía haciendo banquetas rojas, ni subsidiando zapatos o cobijas, ni con otras ocurrencias similares del gobierno del Estado.
La gobernadora se presenta ante los diputados federales rodeada de un halo carnavalesco —digno de un programa televisivo— para que ciertos “padrinos mágicos” auxilien a nuestra entidad, sin saber que con ello lo que en realidad hace evidente es la recurrente falta de capacidad de su gobierno para diseñar proyectos serios y detonadores de desarrollo. Irremediablemente, por ejemplo, nos vienen a la memoria el tristemente célebre tren bala, proyecto rimbombante del Ejecutivo que se ha perdido en la memoria colectiva y en la polémica de su edificación; o los proyectos sin sustento técnico ni estudios de factibilidad que se pretenden desarrollar con los $1,870 millones con los que este gobierno y sus achichincles del Congreso local nos endeudaron a todos los yucatecos.
Ojalá que la controversia constitucional que se promueve ante la Suprema Corte de la Nación tenga el sustento suficiente para evitar ese endeudamiento que es el más claro ejemplo de su mala administración. Una resolución en contra del gobierno del Estado devolvería algo de la dignidad que un gran sector de la sociedad yucateca ha perdido en aras de congraciarse con la gobernadora del carnaval y la televisión...