MADRID, 9 de septiembre.- Es hora de contar la verdad, toda la verdad y nada más que la verdad. Es verdad que Cristiano está triste porque, desde su punto de vista, no se siente totalmente apoyado por el club en la lucha por los grandes premios del fútbol. Pero el cariño, como todo en la vida, es al final una cuestión que se mide en dinero. La estrella del Real Madrid esgrimió ante Florentino Pérez una oferta anónima de traspaso con una ficha suculenta. Hay cariños que matan. Esta es la verdadera historia del caso Ronaldo.

Cristiano Ronaldo es un espíritu libre. No se casa con nadie, excepto consigo mismo. Imposible encuadrarle dentro del vestuario en el grupo de los portugueses. O en cualquier otro clan de los varios que hay en la caseta blanca. A diferencia de otros, tampoco se ha distinguido nunca por 'casarse' con José Mourinho.

Sábado 1 de septiembre. Cinco de la tarde. Los jugadores del Real Madrid llegan al estadio Bernabéu. Van a entrenar una hora más tarde. Objetivo, el partido del día 2, domingo, frente al Granada. Cristiano Ronaldo (Funchal, 5-2-1985) sube directamente al despacho de Florentino Pérez. José Ángel Sánchez, director general ejecutivo de la entidad, se encuentra a su lado. El jugador es directo, como su fútbol. Manifiesta que no está a gusto y argumenta que puede presentar ahora mismo una oferta de traspaso para marcharse inmediatamente. El club anónimo abonaría prácticamente la misma cantidad que el Real Madrid pagó al Manchester United por su adquisición: 95 millones de euros. El presidente y su mano derecha están sorprendidos por la crudeza del futbolista.

Una noche de cavilaciones

Los dirigentes de la casa blanca reflexionan, alucinados. Solo el París Saint Germain y el Anzhi ruso han demostrado capacidad en los últimos tiempos para alcanzar esta cifra. Ronaldo no descubre sus cartas. No menciona el equipo que le ha vuelto loco en las últimas veinticuatro horas, en la noche que transcurre desde el viernes 31 de agosto al sábado 1 de septiembre. En la madrugada que ha cerrado el mercado de fichajes en España y en la Premier. La estrella madridista ha escuchado cantos de sirena en esos momentos clave de la temporada, donde se decide el futuro de muchos profesionales. Algo ha sucedido. La actitud del goleador es muy extraña. Señala que no se siente a gusto. Está caliente. Y subraya que ese equipo anónimo le ofrece veinte millones anuales netos de ficha. Los que cobra Eto’o en el Anzhi. ¿Pero quién paga, el PSG del príncipe qatarí Tamim Bin Hamad Al Thani o el conjunto ruso del millonario Suleyman Kerimov? Se comenta que Cristiano tiene también problemas personales que pueden haber influido en esta reacción. ¿Quiere marcharse al PSG para vivir en París al lado de su novia, Irina Shayk? No hay respuestas. El Real Madrid investiga.

Su ficha es de 9.5 millones

La máxima figura de la plantilla no concretó el equipo de la tentación porque el Real Madrid cortó por lo sano. Le respondió por derecho. Con el contrato firmado por el ariete desde 2009 hasta 2015. Su cláusula es mil millones de euros. Se irá si los paga. Le quedó muy claro. Y el Real Madrid comprendió con similar nitidez que a su máximo estandarte le habían mareado la cabeza desde que se supo que Lass se marchaba al Anzhi con un contrato de cuatro años y siete millones netos por temporada. El portugués cobra 9.5 netos.

Esa operación de última hora de Lassana Diarra, que daba un pelotazo casi inmobiliario de fin de carrera, fue utilizada por algún club y ciertos representantes para hurgar en la herida del portugués. Incidieron en la poca diferencia de emolumentos que existe entre Ronaldo, una figura, y profesionales de segundo nivel como Lass. Le dijeron que algo estaba haciendo mal en su trayectoria profesional.

¿Por qué desvela la cifra?

Ese sentimiento se sumó al enfado que demostró el jueves 30 de agosto cuando perdió el premio de mejor futbolista UEFA ante Iniesta. Vio que Andrés y Messi estaban acompañados por el presidente del Barcelona y se obsesionó con el pensamiento de que el Real Madrid no le apoya en los grandes premios internacionales. No paró de darle vueltas a la cabeza. Y estalló. Decidió hablar con Florentino Pérez. Llegó al Bernabéu el 1 de septiembre por la tarde, veinticuatro horas antes de jugar, y esgrimió la propuesta de traspaso y la ficha de veinte millones anuales netos que le prometían. Su tristeza sí es una cuestión de dinero. ¿Por qué desveló el dinero que le proponían desde el exterior? Si Florentino Pérez le hubiera respondido en ese instante con una renovación por esos veinte millones, el jugador no habría salido a quejarse ante la prensa después de vencer al Granada.

El club constató que la tentación llegaba de Francia o de Rusia porque su goleador se delató. El Real Madrid argumentó que llegaba con la oferta de traspaso el día 1, cuando el mercado de fichajes había cerrado el 31 de agosto. Cristiano respondió que el periodo de contrataciones continuaba abierto en las ligas francesa y rusa unos días más. Cierto. Conocía las fechas de los mercados como un agente FIFA.

Ahora, la entidad intenta reconducir el caso. Sabe que Cristiano continuará rindiendo al máximo. El miércoles regresará a los entrenamientos con el equipo que le paga y se verá las caras con Mourinho. (ABC)