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PARÍS, 2 de mayo.- Con sus más de 100 metros de altura, la Gran Duna de Pyla, en Francia, es la formación de arena más alta del continente europeo y una de las más espectaculares del mundo. Sus más de 60 millones de metros cúbicos de arena fina se extienden sobre 87 hectáreas de superficie y casi tres kilómetros de costa. En la cara interior, la duna avanza lentamente hacia el bosque de las Landas y penetra más de 500 metros en la arboleda. También se ha devorado casas y carreteras.
Según mediciones, la duna avanza inexorablemente hacia el interior del bosque a razón de 3 a 4 metros anuales. Los científicos estiman que la arena lleva moviéndose varios miles de años, aunque la espectacular cresta actual se formó en el siglo XVIII tras el colapso de un gran banco de arena oceánica situado frente a su costa.
Miles visitan la Gran Duna de Pyla (la duna de Pyla), la más grande de Europa. Desde su altura máxima de 107 metros se puede disfrutar de una vista sobre el océano Atlántico e islotes. La Duna de Pyla se encuentra a 60 kilometros de Burdeos, al sur de la cuenca de Arcachon.
Una compleja combinación de la fuerza del viento de poniente, las corrientes marinas y la resistencia de la vegetación favoreció el arrastre de esta reserva de arena y su acumulación progresiva. La formación de la cresta está documentada en las observaciones entre 1826 y 1922, cuando la costa retrocedió más de 500 metros, y mediante los testimonios que dan parte de la destrucción de la vegetación de la zona, incluidos pinos de hasta 15 metros de altura.
Los habitantes de esta zona llevan cientos de años luchando contra el avance de la arena. De hecho, la mayor parte de los pinos que pueblan estos bosques fueron plantados por los lugareños con la intención de contener las dunas.
Los desiertos no son solo cosa de las zonas áridas. Francia, uno de los países más extensos de la Unión Europea, también tiene uno. Y no anda muy lejos de los densos bosques de pinos de Las Landas que ocupan 600,000 hectáreas. Tiene un origen milenario y cada año se mueve hasta cinco metros.
En el curso de estos años la duna se ha ido tragando varias propiedades colindantes. Debajo de la arena han quedado varias casas y algunas carreteras. En septiembre de 1936, por ejemplo, el diario L’Illustration informó sobre la desaparición de una residencia bajo la arena que había comenzado a ser invadida en 1930.
De mantenerse el ritmo de progresión, hacia el 2045 la arena habrá alcanzado la carretera de Biscarrosse, ocupando las instalaciones de acceso y el camping de la entrada al paraje. Recientemente, se ha detectado la formación de una duna nueva más al sur que se estima todavía más viva.
Se trata de la mayor cresta de este tipo en el continente europeo. Su perfil impresiona desde el suelo: mide unos 105 metros de alto, 500 metros de ancho y tres kilómetros de largo. Pero la vista desde el aire corta la respiración.
Cada año se acercan a este paraje, situado a 73 kilómetros de Burdeos, un millón y medio de visitantes. Y nadie lo abandona decepcionado.
A lo largo de la historia, la duna ha recibido varios nombres. Sabloney, Les Grands Tucs o Le Grave han sido algunos de ellos, y se asociaban a su morfología cambiante. A partir de 1905 se quedó con el nombre de Gran Duna de Pilat, nombre que deriva del vocablo gascón pilòt, que significa montón o pila y que se empezó a usar en el siglo XVI. Sin embargo, en algunos carteles, la zona también recibe la denominación de Duna de Pyla.