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En días pasados, uno de los rotativos locales nos recordó la denuncia que interpuso, en noviembre del 2009, la diputada Patricia Gamboa Wong por la operación de compra-venta de 3 mil hectáreas, de origen ejidal, en la sin mediaciones de Ucú. Con dinero del erario, SIN AUTORIZACIÓN PREVIA DEL CONGRESO -como sucedió con el Aeropuerto de Kaua o con las tierras de la Zona Arqueológica de Chichén-, Ibóm Ortega decidió que el Gobierno de Yucatán comprara, de manera temporal, las tierras ejidales. Los beneficiarios finales de tal operación inmobiliaria serían (y seguramente serán) un grupo de diez "desarrolladores de vivienda" que encabeza y regentea Pedro Espadas, el compañero sentimental y padre de las dos hijas de Angélica Araujo.
La noticia de la compra-venta millonaria de tierras ejidales, con dinero público, para beneficiar a un grupo de especuladores, nos hace recordar que una de las razones por las que Ibóm Ortega decidió encaminar a la arquitecta Araujo hacia la Alcaldía de Mérida fue que la exDirectora del IVEY era y es una pieza clave en el entramado político-familiar que ha montado la Reina Roja de Dzemul para consumar EL FRAUDE DEL QUINQUENIO y que consiste en la apropiación por parte de Ibóm y de sus allegados, mediante subterfugios legales, de cientos de hectáreas de terrenos de alto valor inmobiliario, localizadas en los alrededores de Mérida. La transacción de miles de hectáreas haría las veces de "río revuelto" para que una familia de pescadores de Dzemul pudiera asegurar sus ganancias: algunos cientos de hectáreas, parte de ese mismo proyecto.
Además del uso indebido de recursos del erario y de la alteración mañosa de los procedimientos agrarios (¿por qué no se utilizó el recurso de la EXPROPIACIÓN?), la operación especulativa con los terrenos de Ucú cobra ribetes de escándalo POR IMPLICAR UNA SERIE DE OBRAS EN MATERIA DE INFRA-ESTRUCTURA que ya sea el Gobierno del Estado o el de la Ciudad (o ambos) realizarían de manera previa al traspaso a manos privadas, SIN EL CONSIGUIENTE CARGO EN EL PRECIO DE TRANSFERENCIA. En palabras más sencillas, los especuladores urbanos adquirirían las tierras A UN PRECIO IRRISORIO y contando, además, con obras de vialidad, acometidas de luz y agua e incluso ¡¡plantas para tratamiento de aguas servidas!!
Lo he escrito en ocasiones anteriores y lo reitero ahora: la Alcaldía de Mérida representa una pieza clave para los planes de control político y económico, CONTROL TOTAL DE YUCATÁN por parte de Ibóm Ortega y de su grupo. Y entre los operadores políticos más identificados con la Reina Roja de Dzemul se encuentran los integrantes del PULPO CAMIONERO y el GRUPO de los 10, los diez especuladores de tierras que regentea el Pedrote Espadas.