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Mérida, Yucatán, México, agosto 13 de 2020
Para evaluar la seguridad relativa del dióxido de cloro y agua administrados crónicamente en el humano, se realizó un estudio controlado.
La evaluación clínica se realizó en las tres fases, común a los estudios de investigación de drogas. Fase I, un aumento en la investigación de tolerancia.
La fase II consideró el impacto en sujetos normales de ingestión diaria de una concentración de 5 mg / l. durante doce semanas consecutivas personas con un bajo nivel de glucosa-6-fosfato deshidrogenasa puede esperarse que sea especialmente susceptible al estrés oxidativo; por lo tanto, en la Fase III, clorito a una concentración de 5 mg / l. estaba siendo administrado diariamente durante doce semanas consecutivas a un pequeño grupo de personas potencialmente en riesgo, sujetos con deficiencia de glucosa-6-fosfato deshidrogenasa.
El impacto fisiológico fue evaluado por una batería de pruebas cualitativas y cuantitativas. Las tres fases de este estudio controlado tuvieron evaluación clínica doble ciego del dióxido de cloro y sus metabolitos potenciales en el hombre humano.
Los sujetos voluntarios se completaron sin incidentes. No hubo evidencia clínica indeseable obvia secuelas observadas por cualquiera de los sujetos participantes o por el equipo médico observador. En varios casos, las tendencias estadísticamente significativas en ciertos parámetros bioquímicos o fisiológicos fueron asociados con el tratamiento; sin embargo, ninguna de estas tendencias se consideró fisiológica.
No se puede descartar la posibilidad de que, durante un período de tratamiento más largo, las tendencias podrían alcanzar proporciones de importancia clínica. Sin embargo, por la ausencia de respuestas fisiológicas perjudiciales dentro de los límites del estudio, la seguridad relativa de la oral se demostró la ingestión de dióxido de cloro y sus metabolitos, clorito y clorato.
Estudios pidemiológicos no han podido identificar de manera concluyente cualquier efecto significativo relacionado con la exposición. No se encontraron impactos fisiológico perjudiciales en cualquiera de las tres fases de estos humanos en la investigación relativa a la seguridad y tolerancia del dióxido de cloro.
Dentro de los límites del estudio, la seguridad relativa de ingestión oral de dióxido de cloro y sus metabolitos, clorito y clorato, fue demostrado por la ausencia de una respuesta fisiológica perjudicial.
Este estudio determinó que UC-1 que es un compuesto de dióxido de cloro que se produjo mediante un método electrolítico con 2000 ppm de dióxido de cloro gaseoso en agua, d mostró una actividad antibacteriana, antifúngica y antiviral satisfactoria.
Se demostró baja toxicidad a través de una prueba de citoxicidad in vitro (IC50 alta 765 18 ppm), 50 ppm de ClO2 no causó irradiación ocular en una prueba de irritación ocular, los ratones no mostraron anormalidad y mortalidad en una prueba de toxicidad por inhalación de ClO2 de 20 ppm, y las concentraciones de UC-1 de hasta 40 ppm no fueron tóxicas para ratones durante 90 días en prueba de toxicidad oral subcrónica. Por lo tanto, se demostró un perfil de seguridad más alto para UC-1 que aquellos arrojados en estudios anteriores .
En este estudio, se identificó que el Dioxido de Cloro ClO2 tiene un fuerte efecto inhibitorio contra la infección por PRRSV y la replicación sin citotoxicidad en las células Marc-145 y las PAM.
En el ensayo antiviral, ClO2 inhibió fuertemente la replicación de PRRSV cuando las células Marc-145 se infectaron con PRRSV-EGFP y se pretrataron, o postrataron con ClO2 durante 36 h , lo que indica que ClO2 podría afectar directamente al virus al alterar la síntesis de ARN y proteínas.
En conclusión, este estudio demuestra que ClO2, la pureza es del 99%, inhibe la infección y la replicación del PRRSV al enfocarse en el proceso de unión en el ciclo de vida viral. ClO2 tiene fuertes efectos inactivados sobre PRRSV a través de la degradación del genoma viral y las proteínas. Es posible que ClO2 pueda servir como un agente potencial contra la infección por PRRSV.
La ventaja principal del CDS respecto al MMS es su pureza. Al consistir únicamente en gas destilado en agua, prácticamente no hay residuos de los componentes básicos de la solución de la que procede y aunque dichos productos básicos fueran de baja calidad, ello no impediría producir el CDS , ya que para su aplicación terapéutica solo necesitamos el gas disuelto en agua.
El CDS es el producto final de una reacción que ya ha finalizado. Dicha reacción no va a volver a producirse, lo que quiere decir que no va a originarse más dióxido de cloro cuando el producto se encuentre en el estómago, a diferencia de lo que ocurre con el MMS.
Una vez ingerido el MMS, este sí produce una reacción secundaria en el estómago. En algunos casos, en personas sensibles, este incremento de gas en el estómago puede originar molestias en forma de desagradables eructos.
Y el CDS tiene además mucho menos sabor a cloro que la mezcla de MMS, y por lo tanto se puede ingerir en cantidades mayores sin resultar repulsivo.
La duración depende del recipiente y de la temperatura. A una temperatura de 5º y en un recipiente de polietileno o de cristal bien cerrado (¡No debemos usar nunca tapones metálicos ni tubos de ensayo de goma!), puede durar hasta seis meses sin perder mucha fuerza.
Aunque debe guardarse preferentemente en un recipiente de cristal. Y una vez abierto hay que guardarlo en el frigorífico. Hemos de tener en cuenta que el CDS pierde gas si el recipiente no está lleno hasta arriba, igual que una botella de refresco que se ha abierto y se vuelve a cerrar.
Si el CDS no tiene que estar expuesto a una temperatura mayor a 60º, no hay problema en el transporte, siempre y cuando el recipiente esté bien cerrado y completamente lleno. La concentración no debe superar 3000 ppm por razones de seguridad.
No caduca, pierde concentración y al final solo queda agua. La pérdida de concentración no resulta peligrosa. Se compensa incrementando dosis.