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WASHINGTON, D.C., EE.UU., 2 de septiembre.- La decisión de Barack Obama de atacar Siria, y con ello una amplia gama de consecuencias que abarca, desde el devenir de la guerra civil en ese país, hasta el equilibrio de poder en Medio Oriente y el futuro político del Presidente norteamericano, está en este momento sometida a la incertidumbre de una votación en el Congreso sobre la que es imposible anticipar un resultado, pero ante la que ya ha surgido un nutrido grupo de opositores, sobre todo entre los congresistas situados más a la Derecha.
Tratando de robustecer su caso contra el régimen sirio de Bashar Al-Assad, el secretario de Estado de EE.UU., John Kerry, aportó una nueva prueba sobre el uso de armas químicas en el ataque contra los rebeldes ocurrido el 21 de agosto.
Protestas.
Tratando de robustecer su caso contra el régimen de Bashar Al-Assad, el secretario de Estado, John Kerry, aportó una nueva prueba sobre el uso de armas químicas en el ataque contra los rebeldes ocurrido el 21 de agosto. Se trata, dijo, de muestras de sangre y cabellos tomadas a quienes participaron en las primeras operaciones de auxilio de las víctimas que, tras su análisis en laboratorio, han revelado la existencia de restos de gas sarín.
Con esas últimas evidencias, que se suman a una larga lista de fotos, grabaciones y filmaciones presentada la pasada semana por John Kerry, el Gobierno de EE.UU. cree inapelable la responsabilidad del régimen de Assad en la matanza de más de un millar de personas, y confía en que esto servirá para vencer la resistencia del Congreso. “La credibilidad de EE.UU. está en juego y el Congreso hará lo correcto”, declaró, confiado, Kerry.
Los principales líderes en el Capitolio parecen inclinados al voto afirmativo. Harry Reid y Nancy Pelosi, los líderes demócratas en el Senado y la Cámara de Representantes, respectivamente, se han pronunciado claramente a favor. Mitch McConnell y John Boehner, sus equivalentes en el Partido Republicano, han dado la bienvenida a la decisión de Obama, aunque aún no han dicho cuál será su voto. Boehner ha hablado personalmente con Obama un par de veces en las últimas 48 horas. (El País)