México (31 de marzo).- La versión más diluida de Chivas en el torneo sirvió para darle credibilidad al proyecto de Antonio Mohamed en América. El frenesí azulcrema en los primeros 15 minutos del partido y el oportunismo de sus jugadores el resto del encuentro, fueron suficientes para superar a su acérrimo rival y llevarse la victoria 4-0, en el momento más adecuado para los capitalinos, que estaban sumidos en el escepticismo sobre las formas de su técnico y perdiendo posiciones en las últimas jornadas en la clasificación general por los malos resultados.

Con la goleada en el clásico, Águilas retoma el camino del triunfo y la fe en el proyecto del Turco, que tuvo enfrente la mejor opción para brillar al aprovechar las deficiencias defensivas y el nulo poder ofensivo de Guadalajara.

A pesar del marcador, el juego de los azulcremas distó del ímpetu y coraje que mostraban estos mismos jugadores, pero con Miguel Herrera en el banquillo. La virtud de los americanistas fue la efectividad de Luis Gabriel Rey, que en menos de 15 minutos ya le había endosado una lápida de dos goles a Chivas, de la cual nunca se pudo recuperar.

El primer gol del colombiano llegó al empujar en el área chica un centro de Rubens Sambueza, liberado en su juego por el regreso de Layún, que le ofrecía mayores variantes al ataque que en partidos pasados. Luego, un despeje de Muñoz fue mal controlado por Pereira y El Canguro conectó el balón para incrustarlo en el ángulo de la portería de Antonio Rodríguez.

Con la ventaja, emergió la estrategia que tanto se ha criticado y comparado al equipo de Mohamed respecto al de Herrera: la falta de ambición y supeditar la ofensiva al contragolpe. El escenario era ideal para sentenciar el partido con la velocidad y desequilibrio de Rubens y aprovechar el buen día de Rey. Sin embargo, no dio resultados. Al contrario, Chivas disfrutó de sus mejores momentos, pero las fallas de Jorge Enríquez y dos atajadas de Muñoz mantuvieron la ventaja para América en los primeros 45 minutos.

El segundo tiempo sirvió para acentuar la estrategia de Mohamed y las carencias de Chivas. La posesión del balón fue en su mayoría para los rojiblancos, pero sus ataques apostaban por la velocidad sin precisión. Entre la vorágine de sus jóvenes delanteros, Fierro y Hernández, sobre todo, faltó un jugador que encausara con asistencias para Aldo de Nigris, un solitario delantero ante los tres centrales visitantes.

La banca no fue solución y los cambios que realizó José Luis Real sólo evidenciaron la poca experiencia de su plantel. Futbolistas con menos de 19 años entraron al partido y no pesaron en el desarrollo del mismo.

Con el encuentro en condiciones de que brillara el estilo de América y nuevamente sacando provecho de los errores rivales, Raúl Jiménez anotó el tercer gol de su equipo, tras un rechace del portero rival, ante un tiro de Layún y un contrarremate de Rey. Luego, ya con la confianza en pleno por el marcador, Luis Ángel Mendoza sentenció la goleada con un globo por encima de Rodríguez.

Era el tanto que decretaba el triunfo americanista, luego de que en los últimos siete juegos apenas había podido salir con la victoria en un partido; además, el resultado le dio crédito al estilo de Mohamed en América, primer punto de comparación frente a su antecesor. Mientras, Chivas sufrió su peor derrota en un clásico. Desde hace 20 años no recibía de los azulcremas cuatro goles en casa.- (El Economista)