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El sistema no está tranquilo. A7 continúa siendo visto como una gran amenaza. Y tienen razón, excepto que se les olvida un detalle: son demasiado pocos los ejemplares de A7 que pueden circular por el estado de Yucatán.
No es posible que se nos culpe a los que hemos intentado por todos los medios recibir algún apoyo de la sociedad para que A7 pueda tener una mejor circulación. Todo ha sido imposible: 1) los espontáneos son muy pocos o no hay de plano 2) los empresarios prefieren cuidar sus intereses 3) la sociedad civil es casi nula o sólo sale cuando la soga le está apretando el cuello y ya está casi ahogada.
¿Recuerdan algunos lo que estaba pasando en Mérida en 1989? El gobierno municipal se había convertido ya en una caricatura. No encontraban su esquina. De buena intención se hicieron cosas que parecieron malas. Otras realmente fueron malas. Y su gobernador no los apoyó. Pero eso fue sólo la gota que derramó el jarro. Ya se venían arrastrando desde tiempo atrás gobiernos municipales realmente de porquería.
La soga ya le había llegado al cuello a la sociedad civil. Fue entonces que salieron a apoyar a los partidos políticos que dependen totalmente de la sociedad civil y nada más. ¿Cuáles son esos partidos políticos? Uno de ellos es el PAN. El Partido Acción Nacional no es ni remotamente un instituto para la prolongación indefinida del poder en manos de cierto grupo, como lo es el PRI. El PAN es un simple partido político. Y los partidos políticos simples, los que no cuentan con expertos en fórmulas seudo legales para hacerse de fondos ad infinitum —como sí los tiene el PRI— jamás podrán contra la maquinaria electorera que el PRI sabe desatar.
Y sobre todo en una situación como la que se está dando en México ahora. Veamos.
Por un lado, el gobierno federal, debido a la decisión que tomó de combatir frontalmente la delincuencia organizada, ha caído en desprestigio por obra y gracia de los comentadores y editorialistas de medios masivos de dos tipos: 1) los que están de plano pagados por intereses para hacer que el gobierno federal se vea mal y 2) los tontos útiles, que siguiendo borregamente lo que "algunos dicen", repiten hasta el cansancio que "lo que hace el gobierno federal está mal". Cada vez que cae un sicario muerto, "se está derramando sangre..."
De los miles que han muerto, ¿qué porcentaje pertenece a la sociedad civil? De las miles de acciones que el ejército ha desencadenado, ¿cuántas han resultado en afectación de los derechos humanos básicos de alguien? Un análisis serio de estas cifras dejaría en ridículo a los comentaristas que insisten en hacer al que combate del lado de la ley, el culpable de la violencia y la "inseguridad".
¿Qué pasaría si todos los mexicanos nos sintiéramos unidos por la causa del combate a la delincuencia y le aplaudiéramos al ejército cada vez que viéramos sus convoyes o sus retenes en las carreteras? En primera instancia, les elevaríamos la moral. Los combatientes sentirían que están haciendo algo de gran valor para el país entero. Pero, en cambio, ¿a qué nos hemos dedicado? ¡A despotricar contra toda acción!
Logró el sistema PRI, el pulpo de los millones de tentáculos, abarcar en su totalidad a la opinión pública y venderle lo que muchos comentaristas dijeron, creyendo que no eran priistas y ahora se asustan cuando oyen los resultados de las encuestas. ¡Claro que en todos lados está ganando el PRI! ¿Cómo podría ser en otra forma si durante las 24 horas sólo se oye que todo lo que hacen los gobiernos panistas está mal aunque efectivamente no lo está?
¿En cuántos medios masivos ha usted oído la nota relativa a que México es el octavo productor de alimento en el planeta? ¿Cuántos comentaristas lo han dicho? No es una nota inventada, sino el resultado de un proceso que se ha logrado al hacer las cosas en el campo como sea que se hayan hecho durante los últimos 10 años, precisamente los años en que el PRI no ha tenido el gobierno federal bajo su poder.
Ésa es la nota que "La verdad" —el nuevo órgano para vociferar en alto volumen lo que está a favor del PRI y esconder lo que esté a favor de cualquier tendencia política que no sea PRI— jamás pondrá en su primera plana, y mucho menos el Por Esto! que de tiempo atrás apoya al hombre que más daño real le ha hecho a México en los últimos años: Andrés Manuel López Obrador. Los cambios positivos que se dieron en la nación mexicana durante el tiempo que el PAN fue gobierno, se los va a tragar el tiempo, porque todo aquello que no convenga a los intereses populistas del partido de siempre, va a ser borrado del sistema mexicano y probablemente los elementos que hicieron posible que se lograra ese octavo lugar en producción de alimentos encabezarán lo que se echará para atrás.
Mérida no está viviendo una tragedia. Para nada. Mérida es una ciudad cómoda, fácil, agradable de habitar. Tiene todos los servicios con una funcionalidad por encima de la media nacional, además de que la administración de su gobierno es totalmente transparente. La ciudad ha pagado a tiempo a los proveedores y éstos han cumplido porque saben que trabajar con el H. Ayuntamiento es "cómodo". ¿Corrupción a la "mexicana"? Dudaría que esté en nivel cero. Debe existir y los que la practican generalmente tienen una relación simbiótica: A corrompe a B porque B apoya a A y ambos ganan. Es una corrupción de perfil bajo.
¡Ah, pero comparemos esa desagradable corrupción con la "oficial" estatal! En ésta A es el juez y árbitro, B, C, D, E, F, etc., son los que extienden la mano a ver qué les puede tocar del pastel de la obra pública. Y para que todos estén contentos, se comprometen a entregar a A un porcentaje de lo que se les pagará, después de haber recibido la recomendación de subirle a su presupuesto un tanto más "para que se les haga 'justicia' al mayor número", excepto, desde luego, los ciudadanos comunes y corrientes. Pero, éstos, ¿qué pito pitan, o sí? Pues... ¿hay ciudadanos comunes y corrientes?
Claro: son los que se abordan los días electorales para pedirles que asienten su voto. Pero para ello, se hace todo lo posible para que las revistas como A7 no lleguen a sus manos. No vaya a ser que se enteren de la realidad y decidan votar por las opciones que realmente les convienen como sociedad.