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MADRID, España, 18 de junio.- Felipe y Letizia inauguran mañana una nueva era en la monarquía de España. Tras la abdicación oficial hoy de Juan Carlos I, en una breve pero emotiva ceremonia en el Palacio Real de Madrid, los nuevos reyes afrontan el reto de recuperar el prestigio de la institución, sumida en su peor crisis en 39 años.
Felipe VI, de 46 años, será proclamado rey mañana a las 10:30 am hora española en una ceremonia austera y sobria en el Congreso de los Diputados, acorde con los tiempos de crisis y a la que no se invitó a mandatarios extranjeros ni miembros de otras casas reales, aseguró DPA.
Juan Carlos, de 76 años, firmó hoy su última Ley como Jefe de Estado: la que pone fin a 39 años de reinado. Ante 170 invitados institucionales y delante de la familia real, sancionó la Ley de su abdicación, 16 días después de haber anunciado su renuncia.
En el Salón de Columnas del Palacio Real, donde España firmó en 1985 su entrada en la Unión Europea, a duras penas pudo contener las lágrimas. La reina Sofía también se emocionó. Padre e hijo se fundieron luego en un abrazo. Y simbolizando el traspaso de la Corona, Juan Carlos cedió a Felipe la silla elevada que ocupaba.
La ceremonia fue para Felipe su último acto como príncipe de Asturias. El título de heredero pasa ahora a su hija mayor, Leonor, de ocho años. Ella y su hermana Sofía, de siete, asistieron al final del reinado de su abuelo y estarán en el inicio del de su padre.
Cuando Felipe entre mañana en el Congreso de los Diputados junto a Letizia, de 41 años, llevará siendo rey desde la medianoche. Allí pronunciará un discurso con las líneas básicas de su reinado, que genera expectación en un país en el que el desapego ciudadano se extendió con la crisis a todas las instituciones y en el que existen tensiones territoriales como el reto independentista en Cataluña.
El recorrido que harán luego los nuevos reyes en un Rolls Royce por el centro podría servir de termómetro de afecto ciudadano. Se repartirán 100,000 banderines con la bandera española, pero los antimonárquicos llamaron a agitar banderas republicanas. La policía tiene órdenes de impedirlo, según medios españoles.
El anunció de abdicación de Juan Carlos el 2 de junio se vio seguido aquella tarde por protestas que reclamaron un referéndum sobre la monarquía. No fueron masivas, pero sí lo suficientemente grandes como para generar debate en la calle y en el Parlamento.
La monarquía fue antes muy respetada, sobre todo por el papel de Juan Carlos en la transición de la dictadura a la democracia y su contribución al fracaso del intento de golpe de Estado de 1981.
Pero hace unos años entró en una crisis de prestigio por el caso de corrupción que protagoniza el marido de la infanta Cristina y que la salpica a ella, imputada por el juez. La hermana del nuevo rey quedó excluida de todos los actos históricos de estos días.
Juan Carlos no irá mañana al Congreso de los Diputados. Quiere "dar el máximo protagonismo al nuevo rey", según la casa real.
Pero así marca también una línea que puede favorecer el inicio del reinado de su hijo, cuya valoración en las encuestas fue creciendo en paralelo a la caída de la de su padre. Él y su madre son con diferencia los dos miembros más valorados de la familia.
Los expertos destacan la preparación del nuevo rey, su flema y su serenidad. Es el primer rey de España con carrera universitaria: licenciado en Derecho en la Universidad Autónoma de Madrid y máster en Relaciones Internacionales en la Universidad de Georgetown.
En las Fuerzas Armadas hizo la carrera de oficial en los tres Ejércitos. Habla perfectamente inglés y francés, maneja bien otras lenguas, como el catalán. Con América Latina tiene un vínculo especial: desde 1996 va a las tomas de posesión de los presidentes.
La reina Letizia no logró sin embargo hacerse con el favor de los españoles. Es trabajadora, perfeccionista y meticulosa. Podría pensarse que su pasado de clase media tendría que haberle dado el favor de los españoles, pero la perciben distante.
Mañana se esperan miles de personas en el centro de Madrid, engalanado para la ocasión y blindado por la policía en un día soleado con temperaturas superiores a los 30 grados. La comparación con hace 10 años, cuando los reyes se casaron, será inevitable. El 22 de mayo del 2004, Madrid lo vivió bajo la lluvia, pero en la calle celebraron miles la boda real en la Catedral de la Almudena.
Junto a ella está el Palacio Real, la sede oficial de la jefatura del Estado español, aunque Juan Carlos y Sofía vivieron siempre en el Palacio de la Zarzuela, en las afueras de Madrid, un complejo en el que Felipe se construyó el palacete al que se trasladó con su mujer cuando se casaron y donde seguirán viviendo como reyes.
Al balcón principal del Palacio Real saldrán como hace diez años. Los acompañarán Juan Carlos y Sofía, ahí sí estará el padre del rey. Saludarán Leonor y Sofía. En la plaza delantera caben 40,000 personas. Que estén o no dará idea de cómo inicia Felipe VI su reinado. (Agencias)