Brasilia (3 de diciembre).-

El presidente de la Cámara de Diputados del Congreso de Brasil abrió el miércoles los procedimientos para un juicio político contra la mandataria Dilma Rousseff, profundizando una crisis política agravada por la peor recesión económica en 25 años.

El presidente de la Cámara baja, Eduardo Cunha, dijo que accedió a abrir los procedimientos. Una comisión especial con miembros de todos los partidos decidirá los méritos del pedido, que posteriormente necesitará los dos tercios de los votos de la Cámara -342- para suspender a la presidenta mientras se lleva adelante un juicio de 180 días en el Senado.

No está claro si los enemigos de Rousseff tienen los votos para removerla del cargo, pero el proceso podría generar más disputas políticas e incertidumbre, lo que complicaría sus esfuerzos por impulsar unas medidas de austeridad en el Congreso y fomentar la inversión.

El poder político de Brasil ya está casi paralizado por una investigación sobre un enorme escándalo de sobornos en la petrolera Petrobras.

La economía de 1,5 billones de dólares, la más grande de América Latina, está previsto que se contraiga con fuerza este año y el próximo, en la que podría convertirse en la recesión más extensa de Brasil desde la Gran Depresión de la década de 1930.

En un discurso transmitido por televisión a todo el país, Rousseff dijo estar “indignada” por la decisión de Cunha y aseguró que no existe la menor evidencia de que haya cometido algún ilícito. “No tengo ninguna cuenta en el extranjero”, dijo, en una referencia a Cunha, quien está bajo investigación por corrupción y tiene cuentas bancarias en Suiza.

Rousseff, la presidenta más impopular de Brasil en una generación, ha enfrentado crecientes llamados a su renuncia por llevar a la una vez boyante economía brasileña a una recesión. Recientes sondeos de opinión muestran que a la mayoría de los brasileños les gustaría ver que enfrente un juicio político.

Aunque Rousseff no está bajo investigación por el escándalo de Petrobras, la mayor parte de los hechos de corrupción ocurrió cuando ella era presidenta del directorio y sus opositores dicen que debería ser la responsable.

Decenas de políticos, incluido Cunha, han sido implicados en la mayor investigación de un caso corrupción en Brasil por una trama de fijación de precios y sobornos a políticos en la petrolera administrada por el Estado.

Cunha, del centrista Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB) aliado al Partido de los Trabajadores (PT) de Rousseff, lucha por su supervivencia política ante llamados a su remoción y múltiples investigaciones por supuestamente recibir sobornos.

Se espera que el comité de ética de la Cámara Baja abra una investigación contra Cunha la próxima semana con el respaldo del Partido de los Trabajadores de Rousseff. Eso podría conducir a su expulsión mucho antes que puede concluir un proceso de juicio político.

El Partido de los Trabajadores planea apelar a la Corte Suprema para detener los procedimientos de juicio político, que no se espera que sean votados en la Cámara Baja antes de febrero y, de ser aprobados, tardarían otros seis meses en el Senado.- (Agencias)