EL CAIRO, Egipto, 21 de agosto.- El fracaso de la revolución egipcia que terminó en el 2011 con la dictadura de 30 años de Hosni Mubarak es más evidente hoy cuando un tribunal decidió liberar al ex presidente, de 85 años, por falta de pruebas en un proceso por corrupción.

El abogado de Mubarak había apelado la sentencia y anteayer lunes predijo la liberación de su cliente. Nadie le creyó. Todos pensaron que los jueces no iban a tomar una decisión tan delicada en tan poco tiempo.

La revuelta popular enmarcada dentro de la denominada primavera árabe no sólo no pudo crear un andamiaje legal democrático, sino que en las primeras elecciones llevaron al poder al autoritario partido de los Hermanos Musulmanes y hoy ya todo está nuevamente en mano de los militares con el General golpista Al Sisi a la cabeza.

El abogado de Mubarak, Farid al Dib, había apelado la sentencia y el lunes predijo la liberación de su cliente. Nadie le creyó. Todos pensaron que los jueces no iban a tomar una decisión tan delicada en tan poco tiempo.

Pero esta mañana fue una comisión de jueces a la cárcel de Tora, donde se encuentra detenido Mubarak, revisaron el proceso y decretaron su liberación a pesar de que hay otros juicios pendientes.

El diario gubernamental Al Ahram informó en su página web que el ex mandatario permanecerá detrás de las rejas por otras 48 horas a la espera de que la Fiscalía tenga tiempo de recurrir la decisión. Pero ahora ya todos están convencidos de que antes del primer rezo del viernes Mubarak será un hombre libre.

La noticia estalló en las radios en medio del tráfico de la primera hora de la tarde de El Cairo. De algunos autos comenzaron a tocar las bocinas de una manera más intensa de lo que lo hacen habitualmente para avanzar en el pesadísimo tráfico cairota.

No se sabe si son de aprobación o rechazo pero se nota el estupor en la cara de la gente.

Cuando tomamos un atajo y pasamos por una pequeña calle medio de asfalto medio de tierra, me detengo un momento a preguntarle qué piensan a tres tipos que conversan alrededor de una mesita de un café. Están discutiendo la noticia, por supuesto. "¡Es increíble! Ahora Mubarak está libre y Morsi (el depuesto presidente de los Hermanos Musulmanes) en la cárcel. ¿Quién va a entender lo que pasa en Egipto?", dice un barbudo, flaco, de unos 45 años.

"Va a haber mucha gente contenta hoy. Con tal de no tener más a estos Hermanos Musulmanes, que venga otra vez Mubarak", dice en forma irónica otro que se está tomando un café a la turca.

"No digas esa barbaridad. Ahora tenemos otro problema más grande. Espero que no desate más violencia. Ya tuvimos suficiente sangre. No valen la pena más sacrificios", trata de moderar un hombre un poco mayor.

El chofer que me hace de traductor cree que la gente va a esperar un poco para salir a la calle y que aún no escuchó de nadie que esté llamando a la movilización para protestar. Pero mira su teléfono celular de última generación y dice que Twitter está que estalla.

Esta mañana fue una comisión de jueces a la cárcel de Tora, donde se encuentra detenido Hosni Mubarak, revisaron el proceso y decretaron su liberación a pesar de que hay otros juicios pendientes.

Muy pocos tienen en claro qué cargos de corrupción fueron desechados en el proceso pero algunos piensan que son los fraudulentos contratos por la venta de gas a Israel.

De todos modos sigue el juicio por la muerte de 800 manifestantes en los primeros días de la revolución y en los que están implicados también los dos hijos de Mubarak, Alá y Gamal. Ya hubo una condena a cadena perpetua contra Mubarak en una sentencia del tribunal del 2 de junio pasado pero los abogados apelaron y se ordenó que se repitiera el juicio.

Ahora, el hombre adusto de enormes anteojos negros y mirada de acero va a poder esperar el resultado tranquilamente en alguna de las fabulosas residencias que aún mantiene su familia. (Agencias)