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Tres estrellas
En años recientes hemos visto desfilar ficciones disfrazadas de documentalidad y protagonizadas por monstruos, zombies y demonios. Entre ellas se encuentran Cloverfield, Rec y Rec 2. Recordemos que la primera en aventurarse en ello es El proyecto de la Bruja de Blair, que además tiene el mérito de utilizar el internet para difundir una mentira: se decía que la película había sido encontrada en medio de un bosque y que en ella podía verse el aterrador suceso que dio muerte a los jóvenes que la grabaron.
La tomadera de pelo funcionó y sus realizadores, Daniel Myrick y Eduardo Sánchez, ganaron 250 millones de dólares con una inversión de 35’000. Siguiendo esa línea, aunque sin la misma repercusión, aparece Actividad paranormal.
Es la historia de Katie y Micah, una joven pareja acosada por fenómenos inexplicables. Al parecer ella tiene un extraño vínculo con una entidad demoniaca y esa es la causa de las cosas extrañas que ocurren en su casa. Él decide registrar todo lo que pasa con una cámara de video. Con la ayuda de un tripié, cada noche es grabada desde un mismo punto de vista que permite ver la cama y una puerta que da un pasillo y unas escaleras. Poco a poco macabros sucesos comienzan a revelarse. La insistencia de Micah por seguir grabando comienza a perturbar a Katie, quien siente que la cámara está provocando a la presencia que habita en su casa.
Lo meritorio de este tipo de películas es que, por lo general, son producciones bastante económicas y a veces llegan a superar en taquilla a otras de mayores presupuestos. Esa ausencia de recursos, necesaria para hacer creíble su falsa documentalidad, conlleva un mayor desempeño creativo en términos de realización. Si el filme logra convencer con su “realismo”, la limitación de elementos técnicos habrá valido la pena. Actividad paranormal consigue infundir miedo pero no es totalmente convincente. El problema principal es su incapacidad para construir personajes verosímiles y el acartonamiento de sus diálogos.
Un pecado irreparable en este tipo de cintas es incluir a un mal intérprete en el elenco y Katie Featherston es poco auténtica en sus reacciones. Además su personaje no está bien escrito; se supone que le irrita que Micah no desista de grabar, pero su enojo se limita a un par de frases y pucheros. ¿Por qué no tomar determinaciones más tajantes cuando lo que está en juego es su seguridad? Ah, claro, porque si no la historia no avanzaría. Pues debieron pensar mejor el guión y optar por caminos más adecuados para desarrollar la trama con mayor lógica.
El filme es un conjunto extenuante de escenas. Las nocturnas, donde suceden los fenómenos y aumenta la tensión; y las diurnas, divididas a su vez en charlas insustanciales y sobrexplicaciones con ouijas y médiums que no aportan nada, pausan la acción y abren líneas argumentales que nunca concluyen. En la noche ocurren las mejores cosas, pero creo que hay demasiadas escenas nocturnas y todas con el mismo punto de vista. Lo que sí es innegable es que la mayoría de estas escenas mantienen un nivel de expectación elevado, porque el espectador siempre está ansioso de ver o escuchar “algo”. La curiosidad nos mantiene inmersos en esos encuadres azules y nuestra mente juega a encontrar el elemento sobrenatural oculto en la imagen. Sin darnos cuenta entramos a una sugestión colectiva que va del nerviosismo al terror.
El hecho de que podamos ver una puerta abierta, un pasillo, el umbral de dos recámaras al fondo y el inicio de una escalera, acrecienta enormemente la tensión. La sensación de que terribles cosas pueden aparecer desde el horizonte es emocionalmente efectiva. Actividad paranormal es una película que logra hipnotizarnos con el deseo de querer ver algo que puede ser perturbador. El gran fallo es que su duración es más de la necesaria. Aún con sus partes poco convincentes y con su ritmo irregular, los espectadores no quedan inmunes a sus efectos.
Lo mejor: la manera en la que logra sugestionarnos, la escena del jalón de pies expresa uno de los mayores miedos de la gente al dormir.
Lo peor: debieron recortarle algunas noches, el ritmo sube y baja constantemente, la actriz es poco convincente.