359 palabras
MEXICO, D.F., 24 de agosto.- Rafael Rojas Marines, de 33 años de edad, fue ubicado como uno de los cinco identificados por la PGR como víctima asesinada y sepultada en una fosa clandestina. Fue identificado por las placas metálicas que le pusieron en el cuerpo al caer de una motocicleta el 12 de diciembre del 2011.
Familiares de Rafael Rojas protestaron en diversas ocasiones.
Tornillos y placas, en el torso y en un tobillo, le fueron puestos al casi matarse al caer de un puente y estar a punto de lesionar a varios peregrinos en la zona de la Basílica.
Su mamá, Ruth Marines, durante los tres meses de búsqueda siempre se mantuvo al margen de los medios de información, y ayer no fue la excepción.
Sin embargo, fuera de grabadora narró que ella, a diferencia del resto de las mamás, sabía que no encontraría con vida a su hijo.
Triste, pero sin derramar lágrimas, dijo que aparentemente estaba tranquila, y que quizás era porque desde hacía tiempo había perdido la esperanza.
El día en que su hijo se arregló para salir a bailar a la discoteca Crystal, en Insurgentes, y luego acudir al bar Heaven, en la Zona Rosa, tuvo un mal presentimiento.
“Vi salir a mi hijo y sentí algo muy feo, como con ganas de querer regresarlo, de que no saliera”.
Sus primos lo recuerdan como un hombre alegre, entusiasta, que gustaba del baile y de las emociones fuertes, y es por eso que gustaba de andar en moto, hasta esa vez que casi pierde la vida.
Su accidente vial fue noticia. Los médicos lo salvaron al ponerle las placas y tornillos en torso y tobillo, que luego permitieron identificar sus restos hallados en una fosa clandestina, el pasado jueves. (El Universal)