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Como parte de una apretada gira por Mérida, el secretario de Desarrollo Social, Ernesto Cordero Arroyo presidió el pasado jueves una multitudinaria reunión donde habló de las bondades del programa de abasto rural y dijo que las tiendas Diconsa se han convertido en verdaderos centros de servicio para las familias que viven en zonas marginadas del país.
—La gente acude a las tiendas Diconsa a comprar, no sólo productos básicos de calidad a muy buen precio —dijo el funcionario— sino también por otros servicios como el de telefonía rural, correo, paquetes de medicamentos básicos, molino y tortillería, y también a pagar sus recibos de luz o a cobrar apoyos económicos de otros programas, como Oportunidades.
Actualmente, las 22,500 tiendas que Diconsa tiene en el país benefician a más de 44 millones de personas que habitan en 2,182 municipios; venden más de 4,000 productos; la empresa cuenta con 28 almacenes centrales y 270 rurales, así como una flotilla de casi 5,000 vehículos.
—Diconsa es una empresa muy eficaz que día a día se moderniza, pues desde finales de 2006, cuando se inició la administración del Presidente Felipe Calderón Hinojosa, se ha saneado financieramente —enfatizó.
El funcionario federal arribó el jueves por la mañana al aeropuerto internacional de Mérida. De ahí se trasladó al Centro de Convenciones Yucatán Siglo XXI para inaugurar la Reunión Nacional de Vivienda; posteriormente acudió al Fraccionamiento del Parque en compañía de la gobernadora Ivonne Ortega Pacheco a la ceremonia de banderazo de la campaña de reforzamiento del programa de prevención y control del dengue.
Poco después del mediodía, el funcionario llegó a las oficinas del Almacén Central de Diconsa Peninsular, ubicadas en la ciudad industrial, por la salida a Umán, donde se dieron cita casi un millar de personas, principalmente de los consejos comunitarios procedentes de Ticul, Sotuta, Temozón, Tixkokob, Izamal, Maxcanú y Tzucacab; pero también funcionarios de esa dependencia en Campeche y Quintana Roo.
En el presídium, instalado en el patio de maniobras, Cordero Arroyo estuvo acompañado de Edgar Ramírez Pech, director general de Diconsa; Fernando Medina Gamboa, delegado de Sedesol; César Bojórquez Zapata, alcalde de la ciudad; Manuel Fuentes Alcocer, gerente regional de Diconsa, y Juvencio Cruz Hau, presidente de los Consejos Comunitarios de Abasto.
En uso de la palabra, Ramírez Pech explicó que la función social de Diconsa es trascedental, sobre todo ahora por la crisis económica mundial, ya que la empresa se encarga de abastecer a las comunidades de alta y muy alta marginación del país.
Habló de los tres compromisos de la empresa: el abasto rural en comunidades alejadas donde otros no llegan; precios bajos y productos de calidad. Un elemento adicional es que los alimentos que venden estén enriquecidos con nutrientes para combatir la desnutrición.
—Hace unos meses —comentó el funcionario, de origen yucateco— la Universidad de Guadalajara realizó un estudio y determinó que el margen de ahorro en las tiendas Diconsa respecto a otros comercios, es de 20%, lo cual ya está siendo certificado por diversas instituciones públicas.
Recordó que en 2007 se lanzó a la venta una harina de maíz fortalecida denominada Mimasa, que se vende a $5 desde hace casi dos años gracias al subsidio del gobierno federal.
—Hemos entrado a la dinámica de lanzar productos de marca propia y ya estamos comercializando varios productos en esta línea, tales como: chocolate en polvo, café soluble, sal de mesa, jabón de tocador y de lavandería.
En el evento también se entregaron reconocimientos a trabajadores destacados de Diconsa y personal comunitario. Enseguida tomó la palabra Cruz Hau para decir que Diconsa es un arma que le ha funcionado bien al gobierno federal para abatir la pobreza.
Sin embargo, le pidió a Cordero Arroyo que se le inyecten más recursos al programa para evitar que los proveedores les dejen de surtir.
También solicitó que cuando se hagan las reglas de operación del programa 2010 sean consideradas las comunidades con más de 2,500 habitantes, ya que actualmente no pueden aperturar tiendas en comunidades cuya población rebase esa cifra, lo cual los limita mucho.
Agradeció el esfuerzo de todo el personal y le dijo al funcionario federal que los reconocimientos públicos son bonitos, pero el mejor de todos es el que se hace con mejores salarios y prestaciones.
En su turno, Ernesto Cordero manifestó que en los almacenes de Diconsa se vende maíz a $3.50 el kilogramo y que la empresa tiene reservas muy importantes del grano.
—Si hubiera un desabasto mundial —agregó— nosotros tenemos garantizado el abasto de maíz para los mexicanos más pobres por cerca de un año.
Indicó que Mi sopa —que se vende en los almacenes de Diconsa desde abril— se está convirtiendo en la "estrella" de la familia de productos de marca propia.
—La fórmula de Mi sopa —que se vende en tres pesos el paquete de 200 gramos— es muy nutritiva, la desarrollaron los mejores científicos mexicanos del Instituto Nacional de Nutrición Salvador Zubirán y por su contenido de hierro, niacina, zinc, riboflavina, tiamina, ácido fólico y vitamina A, es buena para fortalecer la dieta de los niños y mujeres embarazadas.
El funcionario agradeció el esfuerzo de todos los trabajadores de Diconsa, quienes incluso en casos de desastres naturales, como huracanes, son los primeros en ayudar a la gente, armando despensas para las familias más necesitadas. Al despedirse, dijo que se lleva la petición de Juvencio Cruz Hau de revisar las condiciones laborales de muchos de los trabajadores.
Antes de partir, Cordero Arroyo hizo un rápido recorrido por los módulos instalados en el patio de maniobras, con los productos que comercializan las tiendas Diconsa. También degustó algunos alimentos preparados con dichos productos.
Por otra parte, de acuerdo con información proporcionada por Fuentes Alcocer, la sucursal peninsular cuenta con 1,388 tiendas comunitarias Diconsa, de las cuales 695 están en Yucatán; 359 en Campeche y 334 en Quintana Roo.
Cuenta además con dos almacenes centrales y 13 rurales. Su equipo de transporte consta de 76 vehículos de carga; 14 de gran carga y 96 para supervisión. El personal de Diconsa es de 261 y el comunitario de 239.
En cuanto al programa de absto rural, de enero a julio de este año la sucursal peninsular tuvo ventas totales por $366.86 millones, lo que representa un incremento de 26.14% en relación con el mismo período de 2008.
Además, de enero a julio de este año la venta de maíz en la Península de Yucatán asciende a 45,529 toneladas. La proyección de venta para agosto-diciembre es de 86,871 toneladas.
—Hay existenciaa que garantizan el abasto de maíz hasta febrero de 2010.
Por último, se informó que para la temporada de huracanes este año, la sucursal peninsular de Diconsa tiene un inventario de mercancías para 20,000 despensas que alcanzan para alimentar a igual número de familias durante cuatro días.
Adicionalmente, se cuenta con 2,497 colchonetas; 4,060 pacas de láminas de cartón y 2,000 kits de limpieza.