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México (31 de marzo).- Siempre, cuando están al lado del presidente Enrique Peña Nieto, mantienen un bajo perfil, son discretos, absolutamente disciplinados y precisos para cumplir cualquier instrucción que reciben del mandatario.
Igual se les ve a los secretarios de Estado corriendo para pedir y traer un traductor para el invitado presidencial, mover televisores y soportes, acomodar sillas y mesas, o dar instrucciones a sus equipos para atender de inmediato las indicaciones del Presidente.
Pero cuando tienen oportunidad, cada uno de ellos muestra —en los actos públicos o giras del Presidente a los que son invitados y donde ya tienen un reloj en frente— sus habilidades como oradores, sus fortalezas, sus conocimientos y su personalidad política.
Así, en un ejercicio de seguimiento y análisis de contenido de los discursos de un grupo de secretarios de Estado que ha mantenido una constante aparición pública, realizado por EL UNIVERSAL, se podría definir la personalidad que muestran al lado del Presidente:
Miguel Ángel Osorio Chong, secretario de Gobernación, se distingue por sus discursos “directos y francos”; Luis Videgaray Caso, de Hacienda, por la “elegancia” en su lenguaje; Emilio Chuayffet Chemor, de Educación Pública, por sus constantes citas históricas; Rosario Robles Berlanga, de Desarrollo Social, siempre hace referencia a los derechos de las mujeres; José Antonio Meade Kuribreña, de Relaciones Exteriores, por un lenguaje discreto, mientras que el procurador Jesús Murillo Karam es breve y directo en sus mensajes.
El analista Leonardo Curzio, maestro en sociología política por la Universidad de Provenza e investigador de la UNAM, dice que habitualmente, “además, siguiendo los usos y costumbres” de la tradición mexicana, cuando el Presidente de la República está presente, los secretarios de Estado deben tener una actitud menos visible y protagónica.
“La cortesía política sugiere que tengan una especie de segundo plano, eso no quiere decir que no tengan una función que cumplir. Básicamente, la parte sustantiva del discurso en los eventos a los que el Presidente va, debe correr por ellos, en todo momento recordando que es por instrucciones del Presidente y que es él quien tiene el control de la toma de decisiones.
“Por tanto deben ser respetuosos, pero en un segundo plano y siempre tratando de buscar un lenguaje muy directo”.
Describe al secretario de Educación Pública, Chuayffet Chemor, con una oratoria tradicional y clásica, llena de dualidades extremas que le gustan y que —dice— eran eficaces en otro tiempo, pero cuando está frente al Presidente tiene un perfil mucho más concreto.
Considera que la oratoria del secretario de Gobernación, Osorio Chong, “no es su fuerte”, pues no tiene una presencia destacada en ese ámbito, pero en cambio comunica de una manera directa y franca; “muy así de voy al grano porque no tengo tiempo para adornar los discursos, es un hombre muy directo y no retiene el balón”.
De Videgaray Caso, secretario de Hacienda, considera que sus discursos son elegantes y tiende a ser muy cerebral, estructurado; “la imagen que proyecta es la de un señor que trae el Estado en la cabeza y todo lo que va a hablar lo tiene perfectamente pensado y es capaz de ordenar su mensaje de manera coherente y vertebrada, es un comunicador convincente, que domina el tema que trae y lo hace con un tono muy didáctico”.
Curzio Gutiérrez define el estilo de Robles Berlanga como “más tradicional y muy político, con un discurso duro, confrontador y potente”. Considera que en sus mensajes, la secretaria de Desarrollo Social emplea una retórica reivindicadora a favor de las causas justas “y mi obligación es defenderlas”.
En su análisis, el catedrático considera que el secretario de Energía, Pedro Joaquín Coldwell, es “muy eficiente y eficaz en sus discursos, muy directo a lo que tiene que ir. Le da al clavo en el tono y la forma en que presenta sus intervenciones”.
Sobre los secretarios de la Defensa Nacional y de la Marina-Armada de México, general Salvador Cienfuegos Zepeda y almirante Vidal Francisco Soberón Sanz, respectivamente, subraya que no hablan mucho en actos públicos, pero cuando lo hacen, es con toda corrección, de forma controlada “y suelen ser muy bien estructurados, bien planteados y muy bien calculados”.
Los tópicos manejados tienen que ver con las responsabilidades a su cargo. Por ejemplo, Osorio Chong habla de legalidad, seguridad, derechos humanos, combate al crimen y federalismo, entre otros. Sus mensajes son cortos y siempre inicia pidiendo autorización al Presidente.
El 13 de marzo, en Uruapan, Michoacán, el hidalguense habló de seguridad, del plan integral para enfrentar la situación en el estado, de coordinación entre las fuerzas federales y del cambio que, afirmó, ya se siente en el estado.
“Le he reiterado lo que usted (Peña Nieto) me ha dicho al señor gobernador. Sólo siempre he dejado claro, que el gobierno de la República, como usted lo comenta y lo dice, viene en respaldo al gobierno del estado. Porque, también, era el comentario, que si al gobernador eran sus días contados, que si no iba a poder ya hacer nada. Lo que debo de decirle, es que el gobernador ha estado al frente de todo, ha estado vigilando, coordinando”, expuso Osorio.
En las apariciones del secretario de Hacienda en actos del presidente Peña Nieto resalta su tendencia a explicar iniciativas de ley o sus beneficios, precisar cifras y proyecciones con un lenguaje pulcro.
Robles Berlanga mantiene en su discurso tópicos como el apoyo a madres solteras, mujeres jefas de familia, adultos mayores, combate a la violencia contra las mujeres, equidad, acceso efectivo de las mujeres a la justicia, combate a la pobreza y garantizar alimentación a los más desprotegidos.
En un discurso del 25 de febrero, en el municipio michoacano de Chilchota, ubicado en la Meseta Purépecha, Robles dijo:
“Presidente: fíjese, las de los comedores comunitarios son, Presidente, mujeres; las de los comités comunitarios, son mujeres; las de los proyectos productivos, son mujeres. Usted no se equivocó cuando mandó una iniciativa al Congreso de la Unión para que la mitad de las candidatas a diputadas y a senadores sean mujeres, porque aquí estamos trabajando desde la base, sacando a nuestras familias”.
Chuayffet Chemor echa mano de recuentos históricos para luego llegar a la coyuntura y, en ocasiones, fijar posiciones que son de fuerza en torno a temas como la reforma educativa y la relación con el magisterio.
“La mañana del 21 de noviembre de 1916, un puñado de revolucionarios se daba cita en la antigua capilla queretana que albergaba la Academia de las Bellas Artes, convocados bajo el lema de: Constitución y reformas, se aprestaban a liquidar las caducas instituciones porfirianas para diseñar otras nuevas.
“Los Constituyentes compendiaban en esa hora la crónica misma de la Revolución. Radicales exaltados, anarquistas y liberales, viejos agraristas, probados líderes de los grandes centros fabriles, profesionales y jefes militares componían un Congreso heterogéneo del que emanaría la nueva forma de ser del Estado mexicano que, salido violentamente de su letargo feudal, se apresuraba a modernizarse.
El procurador Murillo Karam es un hombre que utiliza las palabras precisas, informa y detalla, es directo. El 4 de marzo, durante la promulgación del Código Nacional de Procedimientos Penales, su intervención se redujo a un discurso de 14 párrafos.
Meade Kuribreña se ha caracterizado por estar cerca del Presidente de la República, pero siempre con bajo perfil.
El canciller se ha dedicado a ir siempre adelante para preparar el terreno para la llegada del jefe del Ejecutivo federal a otros países o fomentando las relaciones sin declaraciones estridentes.- (RedPolítica)