LONDRES, Inglaterra, 16 de mayo.- Uno de los mejores futbolistas ingleses de su generación, David Beckham anunció este jueves su retirada al final de la presente temporada, tras una fructuosa carrera de más de 20 años que lo convirtió en una de las figuras más conocidas del mundo del deporte.

David Beckham disputará su último partido el 26 de mayo con el París Saint-Germain, su club desde febrero y que le ha permitido agregar la Liga francesa a su colección de títulos.

"Sé que estoy preparado. Es una decisión difícil porque creo que podría seguir jugando al mejor nivel, pero siempre he tenido claro que quería terminar en lo alto", declaró el centrocampista de 38 años a la cadena SkySports.

El ex capitán de la Selección inglesa, también conocido por estar casado con la ex Spice Girl Victoria Adams, disputará su último partido el 26 de mayo con el París Saint-Germain, su club desde febrero y que le ha permitido agregar la Liga francesa a su colección de títulos.

Lanzado en el Manchester United en 1993 por Alex Ferguson, que también acaba de anunciar su retirada, Beckham defendió luego los colores del Real Madrid (2003-2007) y de Los Angeles Galaxy (2007-2012), con dos cortas etapas intermedias en Milán (2009 y 2010) durante la tregua de la Liga estadounidense.

Beckham acumuló un importante palmarés durante su carrera, que incluye una Liga de Campeones con los Red Devils en 1999, seis Ligas inglesas, dos Copas de Inglaterra, una Liga española y dos Ligas estadounidenses/MLS.

"Si me hubieran dicho cuando era pequeño que iba a jugar para el club de mi niñez, el Manchester United, y ganar trofeos con él, que iba a ser capitán de mi Selección nacional en más de 100 ocasiones y que formaría parte de los mejores clubes del mundo, hubiese pensado que era un sueño. Pero, por suerte, este sueño se hizo realidad", declaró Beckham, el único jugador inglés que ha ganado las Ligas de cuatro países diferentes.

Con Inglaterra jugó 115 partidos a partir de 1996, marcando un total de 17 goles. Capitán del 2000 al 2006, participó en tres Mundiales aunque nunca pudo llevar a su equipo a una gran final internacional.

"Haber sido capitán del equipo de mi país es uno de mis mayores orgullos. Cada vez que lucía la camiseta de los Tres Leones no sólo seguía a una larga línea de grandes jugadores, sino que representaba a cada aficionado que ama apasionadamente a su país", dijo.

Jugador sumamente técnico, el británico era un especialista en el saque de faltas, córners y en los centros con su privilegiado pie derecho, así como un gran organizador gracias a su visión de juego.

Fuera de la cancha, Beckham se convirtió también en una estrella de la farándula gracias a su físico de estrella de cine, especialmente tras su boda con la ex cantante convertida en diseñadora Victoria Beckham, con quien tiene cuatro hijos: los varones Brooklyn, Romeo, Cruz y la pequeña Harper Seven.

Apasionado por la moda y protagonista de innumerables campañas publicitarias, fue durante mucho tiempo el futbolista mejor pagado del mundo, incluso cuando su carrera deportiva empezaba a declinar.

Lúcido, debe sin embargo que sus actividades extradeportivas a menudo le restaron credibilidad como deportista.

"La gente ha dirigido su atención a otros aspectos de lo que he ido haciendo, y eso en ocasiones ha hecho sombra a mi labor en el campo", dijo, admitiendo que en momentos no lo pasó bien porque ante todo se siente futbolista.

Beckham dice adiós. No ha anunciado, por ahora, sus planes para el futuro.

Nacido en Londres, Beckham puso su carisma y elegancia al servicio de su ciudad en el 2005 para que obtuviera la organización de los Juegos Olímpicos del 2012. Pero no pudo cumplir su deseo de disputar la competición con el equipo de Gran Bretaña.

Beckham, que no parece por el momento tentado por una carrera de entrenador, no ha anunciado por ahora sus planes para el futuro.

"Nada podrá reemplazar completamente el hecho de jugar al deporte que amo, pero tengo la impresión de empezar una nueva aventura y estoy muy entusiasmado por el futuro", declaró el jugador en su comunicado.

El mundo del fútbol rindió homenaje a quien el presidente de la Federación Internacional Joseph Blatter calificó como "uno de los mayores iconos del fútbol global" que "inspiró indudablemente a millones de chicos y chicas".

El Primer Ministro británico, David Cameron, le deseó "lo mejor" tras su retirada. "Los aficionados no olvidarán sus mágicos disparos de falta con la camiseta del Manchester United y la selección de Inglaterra", agregó.

A los doce años, Alex Ferguson hizo uno de esos actos de hipnotización por los que se hizo conocido. Le contaron que había un chaval de 12 años que le daba al balón de maravilla, con fuerza, con colocación. Invitó a su familia y al propio futbolista a las instalaciones del Manchester y les hizo sentirse queridos.

A los pocos días, sabiendo el interés del club del Norte de Inglaterra, Terry Venables, entrenador del Tottenham, donde el joven llevaba un par de años entrenándose, montó una reunión. "Así que quieres jugar en los Spurs, ¿no?", le dijo. Pero Venables sólo sabía de él que se lo querían llevar, y un par de datos que le dijeron en el club. David Beckham se dio cuenta y pensó: "No me quiere tanto como Ferguson. Tiene que ser el Manchester United".

Y en el United aprendió a ser educado, a dar la mano a todos, a no creerse mejor que los demás por ser futbolista, a ganar. Y sí, a ser futbolista profesional. Ferguson estuvo en las duras (expulsión contra Argentina en el Mundial del 98 y la predecible reacción histérica del país) y en las maduras (la triple corona al año siguiente), siempre a su lado, siempre con el consejo adecuado ("David", le dijo al volver de Francia, "si superas esto vas a hacerte hombre. Y lo vas a superar. Estos que te gritan, acabarán aplaudiéndote. Ese es tu reto").

Hasta el final. Ferguson siempre ha identificado que los ciclos acaban a los tres años y empiezan por la marcha de una de las vacas sagradas. El escocés forzó la situación donde más daño le hacía a Beckham (su mujer: el escocés pensó que Victoria le desviaba del camino) y, en una bronca, una bota le partió la ceja.

El Madrid le abrió las puertas a otro gran club. No todo salió como esperaba David. Vio ganar la Liga al Madrid en un hotel de Japón y pensó que iban a caer muchas de esas. Cuando se enteró de su llegada, Roberto Carlos se tocó sus partes para decir lo que pensaba el vestuario: no impresionaba a nadie. A los tres meses de su aterrizaje, el brasileño era su mejor amigo aunque éste nunca habló inglés ni el rubio dominó el español. Pero se despistó Beckham en sus inicios blancos, alejado del régimen disciplinario de Ferguson, y el equipo no arrancaba. Parecía que se iba a tratar de otro británico fracasado al salir de su país.

En su última temporada, Fabio Capello no le entendió. Le apartó del equipo cuando el club se enteró que tenía un acuerdo con LA Galaxy. Beckham, que se entrenaba en solitario, se sintió abandonado, humillado. Él, por encima de todo, siempre había sido un profesional. Un día, no pudo más y se puso a gritar delante del italiano. "¿Por qué me trata así? ¿Qué le he hecho? Si yo sólo quiero darle todo en el campo, entregarme, matarme por usted". Capello le pidió a la semana siguiente que se uniera al grupo. Un futbolista y un icono.(AFP/AS)