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PARÍS, 27 de marzo.- El ex presidente francés Nicolas Sarkozy fue inculpado oficialmente por la Justicia francesa en el espectacular escándalo de la presunta financiación de su campaña electoral de 2007 por parte de la heredera del imperio L’Oréal, Liliane Bettencourt. Al cabo de una segunda audiencia en el Tribunal de Burdeos, que duró varias horas, la fiscalía lo inculpó por “abuso de debilidad cometido en febrero de 2007 y en el curso de 2007 contra Liliane Bettencourt Schuller”. Pero el juez Jean-Michel Gentil funda su acusación en el testimonio de una mujer muerta en 2008.
Sarkozy fue interrogado como “testigo asistido” en el Tribunal de Burdeos con el fin de esclarecer cuántas veces fue a la casa de la multimillonaria y determinar así si la señora Bettencourt entregó dinero para su campaña de 2007. Varios testigos afirman que Sarkozy obtuvo donaciones especiales. Según los textos judiciales, Sarkozy fue a la casa de los Bettencourt, situada en Neuilly sur Seine en el mes de febrero de 2007, justo cuando comenzaba la campaña que lo llevó a la presidencia. Testigos diversos contaron que el administrador de la fortuna de la señora Bettencourt, Patrice de Maistre, pidió 150,000 euros en efectivo a su contadora, Claire Thibout, para entregárselos a quien era en ese momento tesorero de Sarkozy y más tarde sería su ministro de Presupuesto, Eric Woerth, imputado a su vez por tráfico de influencias.
Nicolas Sarkozy viajó hoy a Bruselas para entregar la Legión de Honor a Didier Reynders (sentado), ministro federal de Finanzas de Bélgica. (François Lenoir/Reuters)
Sarkozy niega haber recibido ese dinero y sustenta su defensa en la falta de pruebas y de testimonios. De Maistre y Woerth también desmintieron el cobro los 150,000 euros. El caso se complica porque el testigo central de la supuesta entrega del dinero, la gobernanta de la casa de los Bettencourt, Nicole Berger, falleció antes de confirmar esa sospecha ante la Justicia. En noviembre del año pasado, Sarkozy pasó 12 horas en el Tribunal de Burdeos prestando declaración. Según el diario ---Sud-Ouest, el ex presidente dijo “los Bettencourt nunca me dieron el más mínimo céntimo y yo nunca les pedí nada”. La audiencia del jueves pasado confrontó a Sarkozy con uno de los mayordomos de Bettencourt, Pascal Bonnefoy y otros tres empleados domésticos, a fin de establecer si el mandatario fue una sola vez a la casa de Bettencourt, tal como él lo afirma, o varias. Fuentes judiciales habían adelantado a la prensa que incluso si se establecía la existencia de ciertas “mentiras” de Sarkozy, éstas no constituyen “indicios graves y concordantes” capaces de probar que Sarkozy se habría abusado de la “debilidad” de Liliane Bettencourt. La Justicia, al final, decidió lo contrario y cambió el estatuto judicial del ex jefe del Estado: de “testigo asistido” pasó bajo el peso de una imputación formal. El abogado de Sarkozy, Thierry Herzog, adelantó que pensaba presentar “inmediatamente un recurso”. Herzog juzgó que la decisión de la Justicia era “incoherente en el plano jurídico e injusta”.
Bruni, que se encuentra de promoción de su nuevo disco, dijo que la investigación abierta la semana pasada sobre el proceder de su marido, acusado de explotar la fragilidad mental de la heredera de L'Oréal, de 90 años, le estaba causando un gran dolor. "Es imposible imaginar que este hombre pudo haber abusado de la debilidad de una mujer de la edad de su madre... Es impensable", dijo a la radio RTL Bruni con voz temblorosa.
Sarkozy, quien se retiró de la política de primera línea después de perder su reelección en mayo del año pasado, rechaza las acusaciones de que se aprovechó de Bettencourt, la mujer más rica de Francia, en el año 2007, para recaudar fondos para su campaña electoral. El político se defendió en Facebook y aseguró que la acusación era "injusta e infundada".
Carla Bruni en la entrega de los premios Echo, en Berlín, el 21 de marzo. (Markus Schreiber/Pool/Reuters)
El caso podría echar por tierra la posibilidad de que Sarkozy volviera a la vida política pese a que sigue siendo una figura muy popular para los votantes de centro-derecha.
La cantante, compositora y exmodelo jugó un aparentemente discreto papel como primera dama mientras Sarkozy estaba en el poder, pero ha regresado ahora a los medios de información una vez que ha retomado su carrera profesional.
Su defensa pública de Sarkozy coincide con la promoción de su nuevo álbum, que saldrá a la venta el 1 de abril. Al preguntársele si se sentía "tentada de defenderse públicamente de las acusaciones y mostrar sus garras", Bruni dijo: "Sí, quiero, pero no me atrevo. Es difícil para mí hablar de esto, es doloroso para mi familia". (Página12 / El País)