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NUEVA DELHI, 30 de enero.- Hoy, los norteños estados del Punjab y Uttarakhand celebraron sus comicios regionales, que se enmarcan en una ronda de elecciones convocadas en poco más de un mes en cinco estados.
A pesar de no haberse registrado incidentes graves, la jornada dejó un joven muerto en la localidad de Pyarawala, en Punjab, a causa de un enfrentamiento entre seguidores del Partido del Congreso (actualmente en el poder en la India) y de una formación regional.
Ajeno a las pasiones políticas, un santón hindú se baña en el río Ganges, en Allahabad, estado de Uttar Pradesh, donde varios aspirantes a cargos públicos son tipos patibularios.(AP)
Según fuentes policiales, el joven murió por los disparos efectuados por la esposa de un candidato regional del Partido del Congreso.
Cerca de 24 millones de ciudadanos (17.5 millones en Punjab y 6.5 en Uttarakhand) estaban llamados a votar hoy y los primeros datos, según la agencia local IANS, muestran una participación del 77% en Punjab, mientras que a media tarde no había datos de Uttarakhand.
El Partido del Congreso afronta estos comicios parciales como un auténtico test frente al gran partido opositor, el nacionalista Baratiya Janata Party (BJP), que ocupa -solo o en coalición- el Gobierno de los dos estados que elegían hoy sus parlamentos.
Electora en Amritsar, en el Punjab. (AFP/Getty Images)
Ciudadanos en una casilla del Punjab, donde este lunes hubo comicios.(AP)
Hay más comicios próximos en la India, en Uttar Pradesh, donde presuntos capos mafiosos, timadores y asesinos encabezan las listas electorales
Los ciudadanos de esta región norteña con 200 millones de habitantes acudirán a las urnas en siete fases, desde el 8 de febrero al 3 de marzo, para elegir a sus representantes regionales, y la pugna por el voto está siendo fiera, ante la igualdad entre los partidos.
Esa competencia es la que ha arrastrado a los políticos a buscar el apoyo de mafiosos y caciques locales, a los que suponen capaces de, en el mejor de los casos, captar votos, y en el peor, manipular de un modo u otro los resultados para lograr la victoria.
"En la década de 1980, los criminales se dieron cuenta de que no necesitaban a los políticos para ganar elecciones y empezaron a concurrir ellos mismos", cuenta a Efe el jefe de la Asociación para la Reforma Democrática (ADR) de la India, Anil Bhairwal.
Lo peor es que no hay partido que se salve: en las dos grandes formaciones nacionales, el Partido del Congreso (INC) y el Bharatiya Janata Party (BJP) hay, respectivamente, un 28% y un 44% de candidatos con antecedentes o acusaciones en marcha.
"Para ellos, ¿qué puede ser más atractivo que ser diputado? Tu estatus se eleva. La Policía, que en teoría debería perseguirte, te obedece. Logras una inmunidad de facto, gracias a los nexos con la burocracia, los empresarios y los políticos", apostilla Bhairwal.
La lista de políticos criminales la encabeza en esta primera fase un candidato llamado Mitrasen, que va en las listas del partido regionalista Samajwadi y está acusado de 3 asesinatos y once tentativas entre los 36 casos abiertos contra él.
Pero hay mafiosos que ya han anunciado públicamente que se presentan incluso estando en la cárcel, como Brijesh Singh, que está preso en el penal de Ahmedabad por liderar una banda de asesinos a sueldo y por su implicación en una matanza de trece personas.
"Queremos ayudar a que se reinserte en la política y la vida. Presentarse y ganar unas elecciones es el primer paso en esta dirección. Pero la política no es nueva para él", dijo la persona que presentó los papeles en su nombre, Hemant Singh.
Los criminales o acusados suelen excusarse diciendo que los casos contra ellos encubren en realidad maniobras políticas, que son complós urdidos por sus rivales, o que sus crímenes responden en realidad a un deseo de proteger a los ciudadanos de la zona.
Aunque Uttar Pradesh es el epicentro del problema, sus resultados son fundamentales para la política india, y los analistas consideran que en estas elecciones se dirime parte del futuro de Rahul Gandhi, señalado como posible primer ministro para los próximos años.
Pero el fenómeno de los políticos supuestamente criminales se repite cámara a cámara, y ha salpicado también al Parlamento indio: en la Cámara Baja, 162 de los 543 diputados tienen casos abiertos contra ellos -y de estos, la mitad son graves-, según la ADR.
La larga lista contiene acusaciones de asesinatos y tentativas de asesinato, secuestros, extorsiones, falsificación de documentos, estafa y robo, extorsiones, amenazas, incitación a disturbios, reuniones ilegales o, muy a menudo, corrupción.
"Yo creo que los políticos están siendo estúpidos al poner como candidatos a gente como esta. Hoy, en la India, la imagen de los políticos está muy dañada y nadie confía en ellos. Pero ganan las elecciones porque el sistema es así", concluye Bairwal.
El colmo de la presencia criminal se dio en el distrito de Ballia en las pasadas elecciones de Uttar Pradesh, donde todos los partidos importantes presentaron a personas con causas abiertas: como anécdota, o no tanto, ganó el candidato "menos salpicado".
En noviembre de 2011, siempre en Uttar Pradesh, un encantador de serpientes soltó a varias en oficinas del gobierno para protestar contra burócratas corruptos.