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MEXICO, D.F., 29 de noviembre.- Roberto Gómez Bolaños Chespirito se levantaba temprano en Cancún, ahí en su casa de Isla Dorada donde se fue a vivir por su estado de salud desde principios de este siglo.
Roberto Gómez Bolaños se levantaba temprano en Cancún, ahí en su casa de Isla Dorada, donde se fue a vivir por su estado de salud desde principios de este siglo.
Eligió un lugar al nivel del mar para levantar "Villa Florinda", en honor al legendario personaje femenino que le acompañó en sus aventuras de televisión el siglo pasado.
Eligió un lugar al nivel del mar para levantar la Villa Florinda en honor al legendario personaje femenino que le acompañó en sus aventuras de televisión el siglo pasado.
Es Cancún donde el creador de El Chavo del 8 y Chespirito tomaba el aire fresco a lado de la Laguna Nichupté con el Mar Caribe en paralelo, que le permitió sobrellevar los estragos del efísema pulmonar con el que batalló en sus últimos años; luego de fumar por cuatro décadas.
Su residencia en Isla Dorada nada tenía qué ver con el barril del que salió El Chavo en la década de los setentas; sin embargo -dijo a Univisión- extrañaba la vecindad y al grupo de personas que ahí vivía.
Vivía tranquilo y estaba siempre cuidado por especialistas médicos, como los explicó su asistente, Augusto Rattoni, al diario AM, “tras su baño diario resuelve crucigramas, ve televisión y dibuja, hasta que llega la hora de su terapia”.
Al fallecer contaba con 85 años y una larga lista de 6.6 millones de seguidores en Twitter, y para muestra de su popularidad, se unió a las redes sociales desde el 2011 y obtuvo más seguidores en el menor tiempo que incluso el ex presidente Felipe Calderón Hinojosa.
Al iniciar el 2014 se especuló sobre su estado de salud, pero al final lo reportaron estable.
En 1970 inició su proyección al mundo en televisión, en 1995 dejaron de grabarse sus programas, pero desde entonces a la fecha hay retransmisiones e incluso una versión digital de todos los personajes que acompañaron al popular Chapulín Colorado.
Amigo de la máquina de escribir, según él mismo se describe, ahora mantenía contacto a través de Twitter, sin dejar de hacer lo que más le gustaba: escribir.
Su hazaña de vida, dejar de fumar. Su orgullo seis hijos y 12 nietos. (Agencias)