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CIUDAD DEL VATICANO, El Vaticano, 31 de octubre.- Las imágenes de Didier, un niño colombiano que roba el show al Papa Francisco, al negarse a despegarse de su sotana y sentándose en el trono papal durante una ceremonia en la plaza San Pedro, sucitó furor en el mundo por su ternura y simpatía.
Las imágenes del niño de unos siete años, vestido con una camiseta amarilla, que se sube a la tarima instalada frente a la basílica, abraza al Papa mientras lee un discurso, a lo que el Pontífice responde con una caricia y sin molestarse, han sido transmitidas por numerosas páginas internet y televisiones de todo el mundo, mencionó AFP.
El comportamiento del chico que se negó a volver a su lugar pese a que un guardia de seguridad intentaba convencerlo, generó risas y aplausos entre los asistentes el sábado a la Jornada Mundial de la Familia.
Según medios de prensa latinoamericanos e italianos se trata de un niño de origen colombiano adoptado junto a su hermano por una familia católica italiana de la región de Abruzos, en el centro de Italia.
Según la prensa italiana, el niño se llama Didier.
El gesto de impedir que se acerquen al Papa otras personas para saludarlo así como el de permanecer sentado en la silla papal blanca mientras el Papa leía su discurso divirtió inclusive a monseñor Georg Gänswein, prefecto de la Casa Pontificia y secretario privado de papa emérito Benedicto XVI, presente en el lugar.
Interrogado sobre el caso, padre Federico Lombardi, portavoz del Vaticano, aseguró que no tiene datos sobre el niño, pero que las imágenes eran "bellas y simpáticas".
Desde que fue elegido en marzo, el Papa latinoamericano rompe moldes y suele comportarse siempre con sencillez, dejándose abrazar por la muchedumbre, lo que preocupa a los encargados de su seguridad.
Así, un niño se subió al escenario para abrazar al papa Francisco durante su intervención en la Fiesta de la Familia, que se celebró el pasado 26 de octubre en la Plaza de San Pedro, en el Vaticano.
Ello se dio a conocer luego de que se hicieran públicas las fotografías del Osservatore Romano, en las cuales se aprecia al menor pegado a las faldas del pontífice mientras éste dice un discurso en el evento multitudinario.
Según diversos medios, el niño se sentó en la silla del Papa, luego se levantó y lo abrazó, mientras que Francisco le acarició la cabeza.
El menor, quien vestía playera amarilla, jeans y tenis, burló los sistemas de seguridad del pontífice y pese a sus intentos por bajarlo del escenario, el niño, de quien se desconoce su identidad, permaneció junto Bergoglio.
Hasta el momento ninguna fuente del Vaticano ha dado declaraciones sobre el acontecimiento que se volvió popular y se difundió en medios de todo el mundo.
El Papa Francisco reveló, durante la catequesis de la audiencia general de los miércoles en la Plaza de San Pedro, que también él, “como todos”, ha tenido dudas en el camino de la fe.
“Todos hemos experimentado la sensación de estar perdidos, de tener dudas e inseguridades. ¿Quién no los ha tenido en su camino de la fe? También yo. Y esto forma parte de este camino y no nos tiene que sorprender porque somos seres humanos, marcados por la fragilidad y limitaciones”, dijo el Pontífice.
El Papa hizo esta reflexión tras explicar la expresión “comunión de los santos” que, según dijo, tiene dos significados relacionados: “La comunión en las cosas santas y entre las personas santas y también que existe una comunión de vida entre los que creemos en Cristo y nos hemos incorporado a él en la Iglesia por el bautismo.
“Nuestra fe necesita el apoyo de los demás, especialmente en tiempos difíciles. Y si estamos unidos, la fe es fuerte. ¡Qué hermoso es para apoyarse mutuamente en la aventura de la fe!”, agregó el papa argentino ante los cerca de 50 mil fieles que abarrotaron como cada miércoles la Plaza de San Pedro.
“Sin embargo —continuó— en estos tiempos difíciles hay que confiar en Dios, a través de la oración, y al mismo tiempo, es importante encontrar el valor y la humildad para estar abierto a los demás en busca de ayuda y pedir una mano”.
La comunión, añadió el Pontífice, quiere decir “que somos una gran familia, donde todos los componentes ayudarán y se apoyarán mutuamente”.
Durante los mensajes en los diferentes idiomas, Francisco invitó en español a “redescubrir la belleza de la fe en la comunión de los santos. Una realidad que nos concierne mientras somos peregrinos en el tiempo, y en la cual, con la gracia de Dios, viviremos para siempre”. (Agencias)