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México (14 de marzo).- Estudios lo confirman: ocho de cada diez propietarios de un teléfono móvil duermen junto a él e, incluso, lo usan como despertador; sin embargo, esa cercanía con tu dispositivo celular podría ser menos inocente de lo que crees.
Lo entendemos, un teléfono celular o smartphone moderno hace que necesitemos estar cerca de él hasta cuando estamos dormidos. Sus funciones variadas nos permiten desde comunicarnos hasta matar horas de insomnnio, pero esa frecuencia de uso nos transtorna el sueño.
De acuerdo a una investigación realizada por The Sleep School en Londres, es la luz de la pantalla de nuestros teléfonos celulares la que interrumpe nuestro sueño, manteníendonos alerta durante las horas en las cuales deberíamos estar descansando sin molestia alguna.
Según el doctor Guy Meadows, portavoz de la noble institución encargada de procurar nuestro sueño, es mejor si dormimos muy lejos de nuestros dispositivos móviles. Se recomienda que éste se encuentre, al menos, en un cuarto diferente.
Por otro lado, una investigación en Harvard apoya la teoría de The Sleep School de Londres al indicar que el estímulo de las célular de nuestros ojos por medio de cierta luz azul que emiten nuestros dispositivos móviles dificultará el proceso para caer en el sueño profundo, fase esencial para un descanso apropiado durante la noche.
Por ende, revisar el teléfono o tableta antes de dormir hará que tardemos más en conciliar el sueño, lo que se traduce en una cantidad menor de energía durante el día siguiente.
Algunos expertos incluso recomiendan dormir en un cuarto aislado de todo dispositivo que emita luz (los módems, por ejemplo) y alejarse de cualquier luz artificial por lo menos tres horas antes de irse a dormir (leer un libro ayudaría a dormir mejor).
No obstante, para los que tienen la televisión en la habitación donde duermen, no se preocupen tanto pues los expertos creen que la luz azul que ésta emite no es tan fuerte como la de los dispositivos móviles.
Otro factor que altera el sueño son las ondas electrómagnéticas. Si bien este tipo de emisiones no son peligrosas para el ser humano, sí se ha comprobado que causan un retraso de seis minutos en la conciliación del sueño, razón suficiente para alejar nuestro smartphone de nosotros a la hora de dormir.
No nos olvidemos del Wi-Fi. Sí, el internet inalámbrico tan útil estos días también es una fuente electromagnética, por lo que se recomienda mantenerlo alejado de uno.- (La Vanguardia)