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A veces algunos nos preguntamos "¿en qué mundo vivo para enterarme de las cosas meses después de que pasen?".
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Que Amy Winehouse era y sigue siendo después de muerta un fenómeno musical y social, sobre todo en el Reino Unido, no es para la muchos ninguna novedad. Sí lo fue para mí: un desfasado escucha de música sin ser un experto en nada. Soy un auténtico villamelón.
Descubrí el vídeo de Rehab apenas ahora en You Tube, y me sorprendió. Me encantó su ritmo, el estribillo terriblemente pegadizo, esa voz soulera con matices en blanco y negro, pero aderezada con whisky y cigarrillos, esos coros, y esas trompetas... ¡Y es que lo que luce una trompeta, oiga!
La sorpresa continuó cuando me puse a desgranar todo el disco. ¡Pero si es soul viejuno de verdad! Me recordaba a Billie Holiday, Aretha Franklin, Nina Simone, Edith Piaf, Supremes, Shirley Bassey... Pero, sobre todo, se trataba de una nueva Lauryn Hill, igual de auténtica, de fiel a sí misma, pero con esa mirada atrás a los clásicos del soul y el jazz que para mí, desde ya, es irresistible.
Si Back to Black, Love is a Losing Game, Unholy War, o Wake up Alone me fascinaron, aluciné con esa revisión del Aint no mountain high que es Tears Dry o con la sexy Addicted, que descubrí que son la mejor banda sonora para pasear por el húmedo verano de mi colonia mientras camino. Sí...Winehouse es tremenda en plan taciturna. Pero cuando se pone vital y luminosa, no hay quien te la quite de la cabeza.
Y por si fuera poco era del tipo de chica que les encanta a los tabloides británicos: un poco parleña, tiene muchos tatuajes y se pasa con el maquillaje, reconocía sus problemas con la comida, bebía demasiado, tenía la mano larga y admitía que le encantaba el casual sex, ha aparecido puesta en más de un acto público... en fin, toda una fichita. Lo que me molesta es que los medios musicales especializados ya están como justificando su éxito de crítica y público diciendo chorradas monumentales como que era una rockera del soul, que es como si Nina Simone se hubiera mezclado con PJ Harvey y estupideces por el estilo.
¿Por qué es necesario justificar la actualidad del soul, de algo tan nuevo-viejo la música de Amy Winehouse, comparándola a otras artistas que hacen rock o música más contemporánea? El soul ya se justifica por sí mismo. Y está tan vigente hoy como hace tres décadas. Por eso estoy tan contento del éxito de Winehouse. De su éxito viva y de su éxito póstumo. Porque ya era hora de que encontrásemos algo actual y de calidad en el negrismo pop. Negrismo no es la palabra, pero sí me entienden. ¡Larga vida a la ama de la casa del vino!
Me quedo con una frase que leí sobre el disco, que, en mi opinión resume muy bien lo que te puedes encontrar al escucharlo: Who needs love when heartbreak sounds this bloody good?