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Más de mil 200 millones de musulmanes en todo el planeta observan con fervor el ayuno del sagrado mes del ramadán hasta el 30 de agosto. El noveno mes lunar comenzó el lunes en todo el mundo cuando el brillo de la luna sustituyó al cálido sol veraniego. Un mes donde los fieles de esta religión se abstienen de comer y beber, además de fumar y tener relaciones sexuales, durante el día, para reunirse al anochecer y romper el ayuno a la vez que realizan una serie de plegarias.
Un estudiante lee el Corán antes del rezo matutino del martes en la escuela islámica de Solo, en Indonesia.(Beawiharta/Reuters)
Una familia musulmana rompe el ayuno al atardecer el martes, ante la mezquita Jama Masjid en Nueva Delhi, India. (Manan Vatsyayana/Agence France-Presse/Getty Images)
La noche es larga entre los musulmanes que aprovechan la luz de la luna para comer y beber entre rezos hasta que, cuenta la historia, "el musulmán pueda distinguir un hilo blanco de un hilo negro a la luz del día". Pero antes del amanecer hay tiempo para celebrar el "iftar", comidas que se toman durante la ruptura del ayuno y el posterior de las 2 de la madrugada donde se recita en el Corán.
En verde, los países del Islam.
La festividad que comenzó a principios de la semana es un acto de fe importante y un sacrificio físico con que se produce una limpieza corporal y moral para conmemorar las primeras revelaciones que hizo Mahoma sobre el Corán. Una fecha que es un día de autorreflexión, de saber pensar cómo vas en la religión. Son tiempos para saber si puedes controlarte o no para luego llevarlo a cabo durante toda tu vida; un mes que ayuda al creyente en el Islam a prepararse física y psicológicamente.
En Libia, la OTAN aseguró que sus operaciones armadas durante el mes sagrado continuarán mientras el régimen de Muamar Gadafi siga amenazando a la población civil. En la imagen, rebeldes montan guardia ayer martes en las montañas de Kabaw. (Bob Strong/Reuters)
Durante las próximas cuatro semanas que dura el ramadán, los musulmanes de todo el mundo cambian su horario habitual de comidas para ayunar desde antes del alba hasta que el sol cae por la noche para cumplir uno de los cinco preceptos del Islam (los otros son la profesión de fe, rezar, la limosna y la peregrinación a La Meca).
Al caer en verano, el ayuno se convierte en un problema añadido debido a la amplitud de los días. Pero para los clérigos musulmanes esto no es problema: "El hecho de pensarlo parece difícil, pero en la práctica te das cuenta que no es tan complicado como creías. La cuestión es estar todo el día haciendo cosas para no pensar en ello", añadía.
Para algunos musulmanes, el estar en un país que no practica esta religión supone un esfuerzo mayor, "porque todo lo que te rodea es contrario a tu fe", explican.
El próximo verano este mes sagrado comenzará a mediados de julio, el día 20. Debido a las peculiaridades del calendario lunar por el que se rigen los musulmanes, cada año esta cita se va adelantando en el tiempo una semana y media.
En Siria, la violencia del régimen de Bashar Asad continúa en la ciudad de Hama tras el inicio del mes sagrado. Los tanques del Ejército han atacado esta localidad tras el último rezo del día, según han confirmado varios habitantes.
Los bombardeos se han concentrado en los barrios orientales de Rubaii y al-Hamidiya, en la calle Aleppo y en el distrito de Baath. Un grupo que había convocado una reunión en el barrio central de Alamein tras la oración se vio sorprendido por el fuego abierto de las fuerzas leales a Asad.
Mujer uighur sentada en el mercado de Kashgar, provincia de Xinjiang, China. Policías armados vigilan la zona donde al menos veinte personas han muerto en atentados de extremistas musulmanes, según el gobierno comunista.(Carlos Barria/Reuters)
Incluso en China los musulmanes enfrentan problemas.Las fuerzas de seguridad chinas tomaron el martes zonas centrales de la ciudad de Kashgar, en la región occidental de Xinjiang, días después de mortales ataques de los que China responsabilizó a militantes islámicos y que subrayaron las tensiones en el área uighur musulmana. Más de 20 vehículos antidisturbios fueron desplegados en la Plaza del Pueblo, ubicada en el corazón de la ciudad, justo enfrente de una estatua gigante de Mao. Decenas de agentes de seguridad armados montaron puestos de control en las principales rutas, deteniendo vehículos conducidos por miembros de la minoría uighur de la región, un grupo musulmán que resiente la presencia de la mayoría han y los controles políticos y religiosos impuestos por Pekín.