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EL CAIRO, 2 de junio.- El expresidente egipcio Hosni Mubarak ha sido condenado a cadena perpetua por el Tribunal Penal de El Cairo, que lo encuentra culpable de la muerte de manifestantes durante la revolución que llevó a su renuncia en febrero de 2011.
Los expertos legales que han seguido el juicio durante los últimos 10 meses consideraban que las pruebas presentadas en su contra no eran lo suficientemente contundentes, por lo que era más que probable que el dictador recibiera una sentencia menor, algo que no ha sido así.
El ex presidente egipcio Hosni Mubarak se negó entre llantos a abandonar el helicóptero que le transportó del tribunal en el que fue condenado el sábado a cadena perpetua hacia la prisión de Tora, al sur de El Cairo, según un responsable de los servicios de seguridad. "Lloraba y no quería abandonar el helicóptero. Unos miembros de la seguridad tuvieron que convencerle para salir", aseguró este responsable a la AFP. En la foto, el ex presidente egipcio al oír la sentencia.
Los dos hijos de Mubarak, Gamal y Alaa, han sido absueltos hoy de los cargos de enriquecimiento ilícito y daños a los fondos públicos por el Tribunal Penal de El Cairo, que consideró que esos delitos han prescrito. El tribunal también ha absuelto a Mubarak de esas acusaciones.
Diez personas comparten juicio con Mubarak. El empresario Salem, que tiene nacionalidad española, está siendo juzgado en rebeldía y aguarda ser extraditado desde España. Se le acusa también de corrupción y, en otro juicio, de vender gas a Israel a precios por debajo del mercado.
Además, el antiguo ministro del Interior, Habib el Adly, y cuatros de sus más estrechos colaboradores también están acusados de conspirar para el asesinato de manifestantes y otros dos altos funcionarios más, de dañar los intereses egipcios.
Es más que probable que esta sentencia influya en las elecciones presidenciales egipcias, que celebrarán su segunda vuelta los próximos 16 y 17 de junio. Todo aquello que se perciba como una sentencia demasiado suave podría inflamar los ánimos de las fuerzas revolucionarias y provocar una nueva oleada de protestas callejeras. (ABC)