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La Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol) garantiza el abasto de los productos de la canasta básica a los habitantes de las comunidades marginadas, a quienes ofrece ahorros de hasta 20 por ciento sobre los precios de mercado y alimentos fortificados con fórmulas elaboradas por el Instituto Nacional de Nutrición Salvador Zubirán, a través de la mayor red de comercialización, integrada por las más de 25 mil tiendas Diconsa.
A través del Programa de Abasto Rural, la Sedesol abastece de productos comestibles a quienes más lo necesitan en las zonas apartadas del país, a través de más de 25 mil tiendas comunitarias en el país, con presencia en 23 mil 200 localidades.
En ese sentido, la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol) puso a disposición de los avicultores del país su red de venta al público, a fin de que puedan comercializar huevo al más bajo precio posible, además de mantener congelados hasta diciembre los precios del maíz, la harina fortificada Mi Masa, las pastas de sémola de trigo Mi Pasta y la leche Liconsa.
A efecto de contribuir en la distribución de alimentos que permitan garantizar la nutrición equilibrada de la población, especialmente aquella de las regiones más marginadas, el Secretario de Desarrollo Social, Heriberto Félix Guerra, reiteró que el objetivo del Primer Mandatario es muy claro: garantizar el abasto, estabilizar el mercado del huevo y eliminar cualquier práctica especulativa.
El titular de la dependencia instruyó a los coordinadores nacionales de los programas de Abasto Rural de Diconsa y Liconsa poner a disposición de los productores su red de comercialización en todo el país, para que puedan vender su producto en las zonas más marginadas del país.
También pidió que el Programa de Abasto Rural Diconsa acceda a la adquisición de huevo en sus distintas modalidades, con cáscara o industrial, para comercializarlo a precios justos en sus propias tiendas.
Como es de conocimiento público, con este número de sucursales, los mexicanos que viven en las comunidades más apartadas y vulnerables tienen los productos de la canasta básica a mejores precios y más cerca de sus lugares de origen, entre otros beneficios.
Con un ahorro promedio para los hogares rurales de hasta 20 por ciento, gracias a este sistema de comercialización, se detuvo la escalada alcista de los precios del maíz y del frijol desde julio de 2010, para lo cual Diconsa usó su reserva de granos para asegurar el abasto de las familias en las zonas marginadas.
El Programa de Abasto Rural tiene 28 almacenes centrales, 270 rurales, cuatro graneleros y seis de programas especiales.
Además, para contribuir al desarrollo alimentario y nutricional de la población indígena y rural, con la asesoría del Instituto Nacional de Nutrición Salvador Zubirán se enriquecieron los productos de marca propia, como la harina de maíz Mi masa, la pasta Mi sopa y chocolate en polvo, con vitaminas, minerales y proteínas.
Las tiendas comunitarias ofrecen, además de la canasta básica, granos, artículos de limpieza y fertilizantes; los servicios de pago de apoyos de programas sociales y del consumo eléctrico y al incorporarse recientemente al sistema financiero, funcionan como corresponsales bancarios, por lo que la gente ya no necesita viajar a las cabeceras municipales a realizar sus pagos o cobros, con un importante ahorro de tiempo y dinero.