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Las armas de fuego no deben permitirse ni para la cacería —dado que la gente no debe comer nada que provenga de los animales, para empezar, porque los mata poco a poco, y para continuar, porque no es ético y para terminar, porque destruye al planeta— ni para defensa propia ni para tiro al blanco. De hecho, las armas deberían estar prohibidas como algo que los policías puedan portar.
Entonces, ¿qué? ¿se va a permitir que se conviertan en súper hombres los que hoy tienen armas? No: un ejército de gente especialmente entrenada mental y físicamente, se hará cargo de exterminar progresivamente el uso de las armas. Exterminar no es para que se entienda como matar a los que hoy tienen armas. No: primero se les avisa, se les advierte. Segundo se les persigue. Tercero, entonces sí, se les tira a dejarlos inútiles hasta que depongan las armas.
Las armas solo deben servir para la guerra y en el mundo actual, México no tiene por qué sostener una guerra con nación alguna. De todas formas, si el ejército debe mantener sus armas, estas deben permanecer guardadas bajo combinación que solo los militares deben conocer y tener de memoria dentro de sus cerebros, por partes: una parte de la clave uno, otra otro.
Esto no debe ser algo que esté sujeto a discusión. Las armas deben acabarse. Eso es todo.
Durante los 6 meses para que todas las armas sean entregadas, solo ese ejército especial de hombres y mujeres con entrenamiento mental (sobre todo) y físico, podrán tenerlas para provocar los 3 pasos obligatorios para los que se nieguen a cumplir.
¿Cacería? Ya no tiene sentido: la gente debe tener más ética en su actitud hacia los animales que no son el homo sapiens sapiens —que no es sino un animal más.
Pistolas, rifles, metralletas, ametralladoras, granadas, arcos y flechas, bazucas, son productos que deben ser declarados, en cualquier tamaño, ilegales como posesión de cualquier individuo que no pertenezca al grupo de transición. Y este grupo tendrá la facultad de:
Las armas prohibidas se deben recoger para proteger los derechos humanos básicos de los que no usan armas.
Es irracional e inútil tratar de argumentar en contra de esta necesidad social actual a nivel mundial.