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La Llave Maestra es el amor. Amar es la clave de todo, por eso la práctica del amor está presente en todas las tradiciones religiosas. El amor es el eje conductor común, la savia que recorre todas las tradiciones y culturas, todas las ramas y ramitas del árbol de la vida.
Todos buscamos amor, todos lo apreciamos, queremos recibirlo y nos esforzamos por darlo. Hemos inventando un día para celebrarlo, lo representamos con corazones rojos y sabemos que amar es sinónimo de felicidad. Sin embargo, el amor muchas veces se convierte en una cosa escurridiza, que no alcanzamos a definir con exactitud, no sabemos qué es y tampoco dónde podemos encontrarlo. Entonces pensamos: "si logro tener éxito, los demás me admirarán y me amarán, ¡eso me hará feliz!" El éxito llega: se logran obtener todos esos objetos amados —coche, casa, bicicleta, etc.— todos tan deseados. Se logra la admiración de los demás, pero, el amor ¡no llega! Nos preguntamos: "¿Cuándo seré amado para disfrutar la vida y ser feliz? Si tan sólo pudiera esa persona —a quien queremos ofrecerle nuestro amor— ser de otra forma, entonces ¡yo sería feliz!" Argumentos más o argumentos menos van y vienen una y otra vez y seguimos "pensando" que algún día encontraremos el amor, sabemos que esta cerca, a la vuelta de la esquina y en ese momento dorado el amor será "nuestro" ya no lo dejaremos ir y el mundo nos sonreirá y seremos muy felices. ¿cuando llegan esos momentos tan esperados? ¿el amor termina escapando por la ventana y la vida sucede siempre en un mañana?.
¡Podemos estar tan confundidos! Creemos que el amor está en algún lado, ahí, afuera, esperando por nosotros. Pero el amor no está en lado alguno afuera de nosotros. El amor está dentro de nosotros. Nosotros somos el amor si permitimos que florezca. El amor es una Fuerza Suprema que está viva en nosotros y en la medida en la que podamos percibirla, experimentarla, disfrutarla y ejercerla, es la medida en la que seremos felices. El amor no es solamente una palabra bonita: es una practica, un ejercicio, una disciplina; es tener el corazón limpio y puro, es querer solamente el bien para mí y para los demás. El amor es la llave maestra, la luz del intelecto y de la razón. El amor es la fuerza de la paz: busquemos dentro de nosotros mismos, en el silencio de nuestro interior.
¿Es fácil la práctica del amor? Si lo fuera, el mundo seria un paraíso. No en vano todas las religiones se esfuerzan por invitarnos a conocerlo y experimentarlo. Todas las enseñanzas nos invitan a vivir en el amor porque el amor se perdió en algún lado y hoy no podemos encontrarlo fácilmente. EL amor se nos esconde en la futilidad y materialidad de la vida terrenal y en las identificaciones del ego. Tenemos que hacer esfuerzos por rastrear, escudriñar, andar a la caza de su presencia.
¿Que métodos nos son útiles para encontrar el amor? Si el amor habita dentro de nosotros, es ahí donde podemos buscar, es ahí donde encontraremos su fuente infinita: Dios; cualquiera que sea el nombre que le des, es amor. El amor habita solamente dentro de nosotros y somos nosotros los que lo hacemos manifiesto.