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Tras prolongada trayectoria profesional, los doctores Francisco Villalobos y Juan Rubén Hernández Chávez, especialistas en medicina forense, participantes en el caso Wafé Kuri como peritos, mencionaron haber tenido parte en asuntos tan interesantes y disímbolos como el del llamado extraterrestre de Metepec y el caso Paulette.
En entrevista concedida momentos antes de abordar el vuelo que los llevaría de regreso a la capital de la república, donde ambos radican, expresaron que su acreditación profesional y especialización en la compleja rama de la medicina legal, es lo que les ha permitido participar en casos tan complejos, variados y hasta curiosos.
Destacaron que esto es merced a que los peritos nombrados por las procuradurías de justicia de las diversas entidades federativas y por la propia instancia federal (la Procuraduría General de la República) son médicos generales que carecen de estudios en la especialidad y que son nombrados peritos por motivos ajenos al ejercicio profesional, motivo por el cual, al momento de acreditar su personalidad en el marco de un proceso judicial por ejemplo, exhiben su nombramiento en lugar de la cédula profesional respectiva.
Destacaron que por costumbre ya arraigada en el foro, los litigantes e incluso los jueces, consienten esta irregularidad, que pudiera ser combatida legalmente argumentando que el profesionista en cuestión carece de los conocimientos y destrezas requeridos para el correcto desempeño de sus labores. Esto prueba plenamente el mal estado y las malas prácticas que prevalecen en el ámbito jurídico, señalaron.
El extraterrestre de Metepec.- El Doctor Villalobos en relación al caso del extraterrestre de Metepec indicó que tuvo oportunidad de revisar la estructura anatómica en calidad de perito invitado y pudo percatarse de que se trataba de un ser momificado y que no correspondía a la estructura anatómica normal humana.
Como los lectores podrán recordar, el caso del presunto extraterrestre de Metepec, aludía a un cuerpo momificado de un ser vivo no identificable, encontrado por un ranchero en una de sus propiedades campiranas y que éste, puso a disposición de Jaime Maussán, afamado investigador sobre OVNIS, que a la vez, contactó con el afamado canal de televisión History Channel y la serie Monster Quest, afirmando con bombo y platillo que había encontrado pruebas fehacientes de la existencia de seres de otros planetas, siendo que según se pudo averiguar finalmente, fue víctima de un fraude de un taxidermista con bastante sentido del humor, que enhebró piezas de diferentes especies para hacerlas pasar por alienígenas
A través de estudios histológicos hechos al cuerpo, se pudo averiguar que correspondía a un primate, a un macaco o a un mono Tití, que seguramente se evadió de algún circo y algún vivales pretendió hacer pasar por extraterrestre, quizá para fines publicitarios.
Si bien es cierto que hubo quien dictaminó que se trataba de un extraterrestre, los estudios no fueron concluyentes y se llevó el material a los Estados Unidos.
La osamenta momificada de un primate, según el Doctor Villalobos, fue encontrada en una casa de la población de Metepec, Estado de México, un municipio muy cercano a la capital, la ciudad de Toluca. Al encontrarse se analizaron, pero al enviarse a Estados Unidos, el material se extravió y todo quedó inconcluso, en suspenso...
El caso Paulette.- El Doctor Juan Rubén Hernández Chávez participó en el caso Paulette como perito en patología forense; por ello le fueron puestos, para su análisis, tejidos del cadáver.
El Doctor Hernández no conoció la autopsia de la niña, pues fue inhumada antes, pero tuvo para su estudio los tejidos y el contenido gástrico. Tras analizar el material que le fue puesto a disposición con el microscopio, afirma que no existía evidencia de violencia y así lo dictaminó.
En cuanto al contenido gástrico, el interés de analizarlo era determinar si la niña había ingerido cierto tipo de hamburguesa, con algunas verduras, que le preguntaron ex profeso. El análisis era bastante complicado, pues hay que recordar que el alimento que cae al estómago sufre el proceso de la digestión y entra en contacto con ácido clorhídrico, sustancia muy agresiva, capaz de destruir tejidos.
A lo anterior hay que aunarle que era un cadáver que tenía siete días ya y estaba en la fase cromática, o sea, de putrefacción; se trataba de un contenido gástrico digerido y además putrefacto, lo que complicaba mucho las cosas. Por ello debió recurrir a una tecnología muy espacial que se llama inmuno histoquímica y marcó el contenido gástrico con los anticuerpos biocina y miogenina; son anticuerpos específicos del sistema músculo-esquelético, es decir, carne; se obtuvo un resultado positivo. Esta investigación está por publicarse en una revista médica del Grupo Ángeles. Es la primera vez en el mundo que se hace una investigación de este tipo, recalcó.
Se determinó, incluso, el tiempo de digestión que tenía Paulette y, de acuerdo a eso y las juntas con los peritos en las demás materias como medicina forense y química. Se puede afirmar que la menor falleció en el lugar donde fue encontrada. Si bien, determinar el modo en que llegó ahí es cosa que pertenece a los peritos en criminalística —afirmó no haber visto los reportes de ellos— pero correspondia al cronotanatodiagnóstico, lo relativo al tiempo que la niña tenía de muerta, el modo y circunstancias en que la niña fue encontrada, reiteró.
Fue un caso muy interesante desde el punto de vista de la patología forense porque permitió hacer algo en lo que somos pioneros: se utilizó tecnología de primer mundo y las conclusiones son las que expuso la procuraduría mexiquense.
El diagnóstico nos lleva a concluir que Paulette murió de asfixia por confinamiento y carencia de aire respirable, así como una obturación parcial de los orificios respiratorios, misma que fue resultado de la posición que adoptó la niña a la hora en que quedó allí. Así explica el dictamen oficial, enfatizó.
Como se recordará, Paulette fue encontrada al pie de su cama, en el espacio que existía entre el borde inferior del colchón y la base de la cama. Un espacio de unos quince centímetros, aproximadamente.
Trascendencia de la medicina forense.- Ambos destacados legistas, probablemente los dos especialistas más experimentados del país, destacaron la importancia de los medios especializados, de la tecnología y del personal capacitado. Son los requisitos esenciales para la resolución de un crimen, tal cual exige la complejidad del ingenio humano para delinquir. Las autoridades están obligadas a ser capaces de desplegar un esfuerzo similar o incluso superior, al de la mente criminal. Esto mismo ya era considerado indispensable por literatos especializados en temas delictivos, como los abordados por la novela negra —el primero en ello, el creador de Sherlock Holmes, el inmortal Sir Arthur Conan Doyle.
Los criminales no pueden vencer jamás a las autoridades, porque los malos no pueden imponerse a los buenos ni en las novelas ni en la realidad. Para que pueda existir armonía, paz y equilibrio social, así deben ser las cosas, finalizaron.