826 palabras
Ciudad de México, 25 de noviembre.- La descomposición social es más evidente en las relaciones de pareja, y su consecuencia más trágica es la violencia contra las mujeres, aseguran expertos de instituciones y organizaciones civiles.
Lo que hace un año era un pronóstico del gobierno federal, ahora es una realidad: en 2013, en diversos estados de la República han ocurrido episodios más crueles de violencia contra mujeres.
Los agresores han pasado de los golpes disfrazados de accidentes e insultos y las amenazas más sutiles, al uso de las armas para ejercer control sobre su pareja, sean novias o esposas
Especialistas que atienden a mujeres víctimas de violencia aseguran que en este año han documentado más casos de violencia letal, que antes eran poco frecuentes.
Pablo Navarrete, coordinador de Asuntos Jurídicos del Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres), considera que la descomposición social sí ha repercutido en la violencia contra las mujeres, pues al día mueren seis mujeres por su condición de género “y esto es muy vergonzoso y lamentable”.
Los estados donde hay una mayor incidencia de violencia extrema contra la población femenina son: Estado de México, Guerrero, Chihuahua, Michoacán, Distrito Federal, Oaxaca, Chiapas, Sinaloa, Durango y Sonora, y en el último año se sumaron Morelos y Guanajuato.
También ahora es más frecuente que los casos de violencia en pareja lleguen a los hospitales. Esta situación fue notable en las estadísticas de la Secretaría de Salud desde 2006, cuando reportó que las mujeres víctimas de violencia doméstica atendidas en los servicios básicos y especializados del sistema de salud aumentaron de 3 mil 249 en el 2002 a 36 mil 457 en el 2006, según el Programa sobre Prevención y Atención a la Violencia Familiar.
Agresores con armas y drogas
Organizaciones sociales que se dedican a la atención de mujeres víctimas de violencia en familia han reportado a lo largo de 2013 varios casos en los que hay un arma de por medio.
El Centro de Derechos Humanos Victoria Diez reportó que Guanajuato ocupa este año el primer lugar en feminicidios al sumar 63; en el Estado de México han ocurrido 56 y en Chihuahua 38.
El 29 de octubre de este año, en esa misma entidad, Valeria, una menor de 14 años, fue atacada por su novio, Juan Pablo, de 17 años de edad, por celos. Según el testimonio de la joven, su novio se enojó cuando la vio platicando con otros hombres y la hirió con un cuchillo.
Los testigos aseguraron que ésta no era la primera vez que Valeria era agredida por su novio, con quien tenía una relación de un mes, pues ya había tenido que ser trasladada al hospital por un golpe que él le dio en la cabeza con una pala. Sus papás habían intentado convencerla de que dejara de verlo, pero, a decir de ellos, la menor se negaba.
Violencia impune
Pablo Navarrete, de Inmujeres, señala que cuando los casos de violencia contra la mujer llegan al Ministerio Público,hay impunidad, pues sólo en uno de cada 10 se castiga a los responsables, por lo que “hay que reestructurar el sistema de justicia”.
La impunidad, destaca, ha ocasionado que sólo siete de cada 10 mujeres denuncien el maltrato que viven “porque no hay confianza en las instituciones”.
ASÍ COMIENZA…
La violencia suele comenzar de una manera sutil, con una crítica sobre la forma de vestir o de peinarse, como control a través de llamadas, visitas inesperadas o la supervisión de objetos y espacios personales.
Luego la violencia psicológica sube de nivel cuando hay insultos o amenazas que, si continúan, se convierten en jaloneos, aventones y golpes.
Cuando las mujeres ponen un alto es porque, por lo regular, resultaron gravemente heridas o tienen una enfermedad producida por los golpes u otros trastornos sicológicos.
Para que ello ocurra, pasan por lo menos 10 años inmersos en esta espiral de violencia.
Por lo regular, dicen los especialistas consultados, una mujer, antes de presentar una denuncia ante el Ministerio Público, busca ayuda con familiares, amigos u otras instituciones de asistencia social
La edad de la mayor parte de las víctimas es de entre los 20 y 39 años.- (La Vanguardia)