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A c r ó p o l i s
Apena el panorama político actual: gritos y pataleos por el paquete económico del presidente Calderón; esgrimir que el secuestro de un avión de Aeroméxico fue un montaje para paliar el impacto del paquete; el ridículo del diputado del PT Hernán Villatoro al protestar porque lo bajaron del avión con otras personas para indagar si no era cómplice del secuestrador, pues éste dijo tener dos.
Y para colmo, el pleito de López Obrador con Juanito por 3 mil 700 millones del presupuesto que tendrá Iztapalapa en 2010.
Aunque Felipe anunció desaparecer 3 secretarías y que bajará el gasto corriente de su gobierno, le achacan despreocuparse de esto y que desea más impuestos, cuando el Senado planea incrementar su gasto en $685 millones, para llegar a $3,819 en 2010, y los diputados en mil 153 millones, hasta $9 mil, como si estuviéramos en jauja.
Lo que debe hacer el Presidente es anunciar cuánto disminuirá el gasto y suprimir subsecretarías, direcciones generales y direcciones, pues Fox creó 73, y el PRI dice que los gobiernos panistas intensificaron su gasto con más de mil % en 9 años; lo que parece exagerado, pero algo de cierto habrá.
Critican que no se intente crecer la base de contribuyentes (que es muy difícil) y rechazan el impuesto del 2% para la pobreza, que incorporaría al fisco a quienes no pagan impuestos, pues todos consumen, y daría 75 mil millones más para los más necesitados. Da risa tildar ese gravamen de "IVA disfrazado", para rechazarlo.
Las objeciones más fundadas son priístas, y el dizque líder del PRD Jesús Ortega salió con que el paquete no impulsa el crecimiento económico, y en vez de impuestos debería aumentarse el poder adquisitivo de la gente.
Como ellos engordan el de Andrés Manuel con cuotas personales, de las fracciones legislativas y de sus gobiernos estatales, municipales y del DF, que a cambio no desazolva el drenaje y provoca grandes inundaciones.
Hay 23 millones de causantes cautivos y otros tantos que no pagan impuestos, como los ambulantes, clientes del PRD, y eso es del todo injusto. Además, quien consume más pagará más, y menos quien compre menos.
Se ve que el Chucho, el mayor, no sabe economía y teme lo regañe López O., su redivivo jefe, pues si no se tapa el déficit de $300 mil millones por la caída de ingresos petroleros y fiscales, de exportaciones y remesas de los paisanos de EU, no habrá inversiones en infraestructura e impulso a la industria, ni más empleos.
Hablan de endeudar más al país, lo que puede hacerse de dos modos: acentuando el déficit fiscal, que destaparía la inflación, y contratando deuda externa, que bajaría la calificación de México como país rentable, encarecería el dólar, aumentaría también la inflación y quedaríamos de nuevo a merced de que la FED de EU incremente las tasas de interés y se agrandaría el pago de dicho débito.
¿Pretenden acaso ahondar más nuestra tremenda recesión económica?
Al parecer el Presidente no tuvo más remedio, por eso Carstens y altos mandos de Hacienda se reúnen con legisladores de los partidos: para explicarles el contenido y motivos del paquete y argumentarles que no hay de otra. Se espera que el debate apenas iniciado desemboque en algo bueno para México el 15 de noviembre, plazo para que el Congreso apruebe o rechace la iniciativa presidencial.
Se cree que para dar pasos firmes en el rescate de México, Calderón ya negoció la parte medular del paquete con el PRI, que por sentirse próximo a recuperar la Presidencia no puede empujar al hoyo al país para no recibirlo en ruinas.
Felipe ya no tiene qué perder, más que luchar a brazo partido por la recuperación económica al costo político que sea, tesitura desde donde puede muy bien culpar a las oposiciones (la mayor, el PRI) de torpedear a México, y esto puede traerles a ellas consecuencias electorales.
Pecan de insensatos quienes acusan al gobierno de tender una cortina de humo sobre la propuesta hacendaria con el secuestro del avión procedente de Cancún, pues el show duró sólo unas horas, y el diputado petista Villatoro aprovechó para acusar -torpemente- que se violó su fuero, cuando ni siquiera se sabía cómo se llama y menos que fuera diputado, aparte de que el fuero no protege de eso.
Pero a los izquierdistas no les arredra hacer el ridículo, como el de López Obrador al imponer a Juanito de candidato en Iztapalapa para burlar un fallo del Tribunal Federal Electoral y aprovechar el milmillonario presupuesto de esa delegación.
Culpan al Presidente de valerse de la crisis para bajar las participaciones a estados y municipios, pero los gobernadores exigen mayores partidas, que usan a su antojo y ni siquiera contra la inseguridad pública. Con decir que la Iglesia acusó al veracruzano Fidel Herrera de solapar a ministerios públicos y policías, que han convertido a Coatzacoalcos en "la capital del secuestro de migrantes extranjeros", ya que éstos carecen de derechos en el país.
En Durango acusan al gobernador Ismael Hernández Deras de pagar al mes 100 mil pesos de renta por un palacete para el Instituto de Cultura, que no puede aprovechar el jacuzzi, la alberca, el bar y otras instalaciones de lujo y no justifica el despilfarro, mientras hay municipios que carecen de lo indispensable.
La democracia constructiva a la que aspiramos no puede estar en manos de estos mercachifles y logreros, que no sólo viven del erario público, sino lo saquean.