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WASHINGTON, D.C., EE.UU., 2 de septiembre.- El secretario de Estado de Estados Unidos, John Kerry, lanzó una campaña mediática, basada en pruebas obtenidas por su país, sobre el uso de gas sarín en Siria, con el objetivo de convencer a un Congreso reticente a aprobar un ataque contra el régimen del presidente Bashar Al-Assad.
John Kerry estimó que sería inconcebible que los congresistas de EE.UU. no estuvieran a la altura de la situación de guerra cuando reanuden sus sesiones plenarias a partir del 9 de este mes.
Protestas.
Kerry estimó que sería inconcebible que los congresistas no estuvieran a la altura de la situación cuando reanuden sus sesiones plenarias a partir del 9 de este mes. Para convencer a sus ex colegas Kerry, quien ocupó una banca en el senado durante 28 años antes de asumir la jefatura de la diplomacia, presentó un nuevo argumento al afirmar que Washington obtuvo, independientemente de la Naciones Unidas, muestras capilares y sanguíneas que contienen rastros del agente neurotóxico sarín en ciudadanos sirios.
Esas muestras fueron obtenidas por el personal de primeros auxilios en el terreno, precisó el departamento de Estado. "Puesto que no se trata de una emergencia como en Libia, donde la gente era masacrada, dado a que tenemos el derecho de atacar en todo momento si Al Assad fuera tan idiota como para lanzar un nuevo ataque, estimamos que es importante lograr el compromiso del pueblo y del Congreso", sostuvo Kerry.
La bancada republicana, que es mayoritaria en la Cámara Baja, está dividida entre los intervencionistas, partidarios de una fuerte implicación de Estados Unidos en el conflicto, y los conservadores, reticentes a la intervención, en la que no identifican un interés nacional vital.
La Cámara es habitualmente hostil a Obama y altamente imprevisible, siendo en el pasado escenario de rebeliones internas en el Partido Republicano, por parte de un grupo de congresistas ultra-conservadores del Tea Party. Peter King, republicano partidario de la intervención, estimó que la votación, si tuviera lugar hoy, resultaría probablemente negativa a causa de la oposición de los aislacionistas.
Evidenciaron sus diferencias. La cumbre de la Liga Árabe en El Cairo, adelantada dos días para dar una respuesta temprana a la intención de Estados Unidos de atacar Siria, destapó el apoyo firme de Arabia Saudita a una intervención extranjera y el rechazo de potencias regionales, como Egipto, a una acción de esas características
El ministro de Relaciones Exteriores, Elías Jaua, conversó telefónicamente con su homólogo de la República Islámica de Irán, Mohammad Javad Sharif sobre las amenazas que se ciernen sobre Siria. (AFP-EFE)