México (16 de enero).-

El saliente presidente estadunidense Barack Obama afirmó hoy que se necesitará de una década para que su presidencia sea evaluada con precisión.

En entrevista concedida al programa “60 minutos” de la cadena CBS, el mandatario estadunidense lanzó una advertencia al presidente electo Donald Trump, acerca de las desventajas de que dirija una presidencia tan improvisada como su campaña electoral.

“Claramente, (Trump) fue capaz de aprovechar muchas quejas. Y él tiene un talento para hacer una conexión con sus partidarios, que anulan algunos de los puntos de referencia tradicionales de cómo funcionaría una campaña”, expresó Obama.

Agregó que aunque la habilidad de Trump de comunicarse con sus partidarios “a través de tuits y algún titular dado por teléfono” es poderosa, también plantea un peligro, pues “no es lo mismo que el proceso requerido para resolver realmente el problema”.

Obama estimó que las probabilidades del éxito de Trump dependerán del Congreso, y confesó no haber apreciado por completo “las maneras en que los senadores o miembros del Congreso son empujados a los extremos por sus bases de votantes”.

“No esperaba, particularmente en medio de la crisis, lo severo que sería el partidismo”, reconoció Obama, quien admitió su incapacidad para persuadir al Senado de mayoría republicana de celebrar audiencias para elegir a un nuevo miembro del Tribunal Supremo de Justicia.

“Fuimos muy eficaces, y fui muy eficaz, en formar la opinión pública en torno a mis campañas”, dijo, “pero había grandes extensiones, mientras gobernábamos, donde aun cuando estábamos haciendo lo correcto, no pudimos movilizar a la opinión pública con firmeza”.

Obama reconoció como un fracaso la mala operación del sitio web de healthcare.gov, que debía servir como portal para que los ciudadanos se inscribieran en su plan de seguro de salud, conocido como Obamacare.

Sin embargo, resaltó que su labor para “salvar la economía fue un asunto bastante grande”, tras haber recibido al país inmerso en una grave crisis económica en 2008.

Su esperanza para la nación, dijo el presidente, es que la democracia se mantenga sana y que su pueblo mantenga un sentido de unidad.

Sobre la reciente controversia acerca de la presunta intrusión cibernética rusa en las elecciones de 2016, dijo que lo que más sorprendió no fue que sucediera, sino la reacción de algunos estadunidenses.

“Me ha preocupado cómo en algunos círculos, hay personas que sugieren que (el presidente ruso) Vladimir Putin tiene más credibilidad que el gobierno de Estados Unidos”, expresó.

También se refirió al desdén de Trump sobre el trabajo de la comunidad de inteligencia estadunidense, al estimar que “es una medida de cómo la división partidista se ha vuelto tan severa, que la gente olvida que estamos en el mismo equipo”, finalizó.