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Ciudad de México, Méxco, marzo 13 de 2017
La democracia mexicana presupuestalmente costará este año casi 30 mil millones de pesos, reveló un estudio de la consultora Integralia, encabezada por el expresidente del entonces IFE, Luis Carlos Ugalde, cifra que no incluye las aportaciones privadas a campaña ni el financiamiento ilegal que los partidos no reportan a las autoridades.
En su estudio de este mes, Integralia asegura que, de esa cantidad, cuatro mil millones corresponden al costo presupuestario de las cuatro entidades que tendrán elecciones, siendo Nayarit, el que tendrá el voto más caro, con un costo de 222 pesos.
En adición, resalta que el tope de campaña para candidatos a gobernador en el Estado de México es el más alto en el país, al elevarse a 285 millones de pesos. Esto, asegura la consultora, es un crecimiento de 16.4% en términos reales, con relación a la última elección para gobernador (2011).
El promedio del costo del voto en las cuatro entidades —Nayarit, Coahuila, Estado de México y Veracruz— es de 203 pesos.
En Coahuila el costo del voto será de 195 pesos, en Veracruz de 193 y en el Estado de México de 209 pesos, en Nayarit el costo se estima en 222 pesos.
En cuanto al costo presupuestal de la democracia mexicana, esta cifra resulta de la suma del presupuesto electoral de los cuatro estados con elecciones, que asciende a cuatro mil 28 millones de pesos; más el presupuesto electoral de las 28 entidades sin elecciones, que es de siete mil 219 millones pesos; más el presupuesto federal para el funcionamiento del sistema electoral que incluye al INE, al Tribunal Electoral y financiamiento público de partidos nacionales, y la Fepade de la PGR, que son 18 mil 277 millones de pesos, lo que da un total de 29 mil 525.79 millones de pesos.
Por último, a pesar de que Estado de México será la entidad con mayor tope de gasto de campaña — 285 millones de pesos—, Coahuila fue la entidad con mayor tasa de crecimiento, con 157.85, pues pasó de 7.46 millones de pesos en 2011 a 19.24 millones en este año, debido al cambio de fórmula con la que se calculaba los topes de campaña para gobernador.