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Mérida, Yucatán, enero 7 de 2020.- Este es un artículo de opinión basado en lo posible en conocimiento que es común a todos los estudiosos de la ciencia, respetando su método.
Los políticos solo hacen lo que creen que más gustará a sus electores. Eso que hacen no es siempre lo que realmente conviene a las masas. Los ejecutivos verdaderos venden con eficiencia, a las masas, lo que a todos realmente nos conviene, no lo que es populista.
¿Tiene uno derecho a escribir sobre uno mismo? No lo creo. O sí lo creo. No sé. Tú, ¿qué crees? ¿Tienes tú derecho de escribir acerca de ti mismo? Bueno, veamos. No se trata de escribir acerca de uno mismo, sino de describir la vida que percibe uno. Cómo percibe uno las cosas puede ser muy diferente a cómo ven los demás que uno está percibiendo la vida.
Entonces, voy a considerar como válido, como que tengo derecho a escribir lo que yo percibo de la vida que me toca vivir.
Y eso es lo que hago ahora.
Si lo que haces puede serle útil a una persona, una sola persona, creo que ya es útil lo que hiciste. Siempre le va a servir por lo menos a dos personas, a ti mismo y esa otra hipotética persona a la que le pudo ser útil lo que dijiste y dejaste por escrito.
Existimos por circunstancias muy especiales pero al mismo tiempo, muy vulgares. Me refiero al hecho de que los elementos de que el universo está hecho en su gran mayoría, es decir, los átomos que más abundan, son precisamente los mismos átomos que sirven para formar lo que llamamos vida.
Los cuerpos humanos están formados de:
Esa lista solo requiere Helio después del hidrógeno, elemento que no es necesario para formar seres vivos o que pueden sentir algo en un momento dado. Nosotros. Y todos los demás. Las demás especies vegetales y animales que forman la vida. Todas esas especies están hechas de esos mismos elementos. Son los elementos más abundantes en el universo entero.
Esto quiere decir que la vida, tal como la conocemos en el planeta nuestro, que hemos bautizado con el nombre de La Tierra, puede surgir realmente en cualquier parte, en cualquier galaxia, en cualquier sistema solar. Debajo del elemento carbono está el elemento silicio (en la tabla periódica) y muchos creen que puede ser que en otros lugares de los confines del universo, exista vida de silicio. Pero, ¿para qué? El carbono es 5 veces más abundante que el silicio. Sería una forma de vida mucho menos probable que la forma que conocemos hoy.
Hablo de tamaños, no de las que se dan en órdenes: 1ª, 2ª, 3ª, etc. Las dimensiones del universo son tan tremendamente grandes con relación a nosotros, que perdemos el sentido de lo que eso puede significar.
Por ejemplo, hace unos 70 años que estamos enviando señales de radio para ver quién está por allí que pueda escucharnos y se interese en nosotros y nos responda. Ahora, ubiquémonos: 70 años luz es una pequeña esfera dentro de nuestra galaxia, no digamos dentro del universo. En la inmensidad de la galaxia misma en la que nos encontramos, 70 años luz no significan sino un pequeño puntito dentro de un cuarto de 15 metros en cubo. A ese nivel habrán podido llegar nuestros avisos.
En unos 1000 años, quizás una especie con inteligencia parecida a la de nosotros, escuchará la señal de radio. Van a tardar 1000 años para contestar. Cuando eso suceda, quizás ya nuestra especie haya desaparecido —se destruyó a sí misma por pleitos entre religiones y territorios.
Por lo tanto, para efectos prácticos, estamos solos. En vez de pensar en salir del planeta, lo que debemos hacer es concentrarnos en hacer que el planeta sea de calidad para nuestra vida.
Máximo 2% de nuestro DNA es diferente al de los chimpancés y menos aún al de los bonobos. Y sin embargo, lo que podemos hacer en inteligencia con ese 2% de diferencia es increíblemente significativo. Los humanos de 3 años pueden hacer lo que los chimpancés adultos.
Seres de otros sistemas solares podrían ser también 2% diferentes a nosotros. Esa diferencia significaría que quizás tendrían niños capaces de resolver las ecuaciones de Einstein y Hawking. Nos verían como nosotros vemos a los chimpancés.
Es muy arrogante de nuestra parte pensar que seamos el centro de la creación. Es la idea más ridícula que pudo haber jamás tenido la humanidad. Algunos hoy aún sostienen esa idea. Lo siento, para ellos mi total falta de atención a lo que digan, pero me es muy difícil respetar esas actitudes. Llevar a sus últimas consecuencias ese tipo de actitudes provoca situaciones muy destructivas en las ideologías de las culturas. A nombre de esas creencias se han perpetrado terribles acciones que han provocado niveles inimaginables de sufrimiento para muchos seres que sienten.
El planeta Tierra no es nuestro; es de todas las especies que han surgido en su seno. Nosotros somos solo una de todas esas especies. El que nuestra inteligencia sea bastante más capaz no nos da derecho a creer que somos los dueños únicos del planeta.
Los datos que he expuesto en este escrito llegaron a mí como parte de ponerle atención a Van de Grasse Tyson, un científico con una gran capacidad de exponer las cuestiones relevantes para entender con mayor exactitud qué significa nuestra existencia.
Me disturba —me molesta— que alguien diga que la ciencia no tiene todas las respuestas y por lo tanto hay que basarnos en algo mejor que ella. La ciencia no es sino un cúmulo de conocimientos logrados con un método. Se trata del Método Científico, y consiste en indagar y comprobar las cosas de tal manera que los resultados encontrados por el equipo A en el país PP, sean reproducibles por el equipo AA en el país PPD.
Tristemente muchos conocimientos científicos se han usado para dominar a los que requerían serlo. Las tecnologías bélicas —como los drones que sirven para hacer disparos mortales sobre convoyes o personajes considerados enemigos de los que tienen la tecnología— son producto de la ciencia aplicada. ¿Es “culpa” de la ciencia lo que se haga con sus conocimientos? Sería estúpido culpar a la ciencia. La ciencia es neutra. Los humanos políticos no son neutros. Creen que su grupo es el mejor y que todos los grupos que no están con ellos, son malos. Obvio, van a ganar los que más alta tecnología logren; consecuencia también de más refinados conocimientos científicos.
La ciencia es la base del progreso y la política es el obstáculo más grande al progreso. Normalmente la política defiende intereses creados, porque es lo que las masas más aplauden, sin saberlo. Las masas no aplauden el cambio verdadero, sino las reformas superficiales que solo sirven para que se turnen los políticos sus momentos en posiciones de poder.