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MEXICO, D.F., 21 de noviembre.- Legisladores aceptaron que el pasado 17 de octubre recibieron en el Senado de la República a una comisión de manifestantes, entre los que presuntamente estaban personas vinculadas al grupo criminal Los Caballeros Templarios, por lo que exigirán una investigación para saber quién y en qué condiciones los dejó pasar al recinto legislativo, mientras recaban la información para presentar denuncia de hechos ante el MP.
Cocoa Calderón.
La senadora panista Luisa María Calderón reiteró que empresarios presuntamente asociados con el grupo criminal fueron recibidos por cuatro legisladores: ella, Omar Fayad, Raúl Morón y María del Rocío Pineda Gochi.
Contó que la Mesa Directiva de la Cámara, encabezada por Raúl Cervantes, pidió recibir y escuchar a los manifestantes tras identificarse como integrantes de la Asociación Michoacanos, Paz y Dignidad, la cual ha sido mediáticamente mencionada como el brazo político y empresarial en favor de Los Caballeros Templarios; encabezada por Tito Fernández Torres, ex funcionario del Gobierno del Distrito Federal que fue inhabilitado por 10 años tras realizar compras no autorizadas.
Fernández Torres, quien también tuvo vínculos con el empresario Carlos Ahumada, presuntamente estuvo en la reunión del 17 de octubre en el Senado, al igual que Luis Padrón Ramírez, Eman Vargas, Juan Avilés, Ricardo Sánchez, Filiberto Vejar Pulido, Rogoberto Peláez Mendoza y Armando Alemán.
Cabe mencionar que, de acuerdo con una lista no oficial de los michoacanos presentes en la reunión, también se encontraba Juan Polvos Mancilla, director del Conalep Apatzingán, a quien Luisa María Calderón refirió ayer como otro personaje vinculado a la organización delictiva de Los Templarios.
La hermana del ex Presidente Felipe Calderón pidió a Omar Fayad no recibir a la comisión michoacana porque tenía la “sensación de que los mandaban Los Templarios”, pero la reunión se llevó a cabo como es usual sostener encuentros con otros representantes que piden audiencia con legisladores.
“Uno de ellos se dirigió al senador Fayad y le dijo: ‘Es que desde que el Presidente Calderón nos declaró la guerra…’. Entonces yo volteé y dije: ‘¡Ay Dios! Esto es grave’”, contó la legisladora.
Luisa María Calderón Hinojosa afirmó que ha solicitado audiencia con el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, para hablar sobre la inseguridad en Michoacán pero el funcionario no la ha recibido; además expresó que no ha denunciado a los presuntos integrantes del crimen, al expresar que los delincuentes “no dejan factura”.
“Ante quién denuncio. ¿Tienen pruebas?, me dicen. Hombre, si los delincuentes no dejan factura”, expresó.
El presidente del Senado, Raúl Cervantes, advirtió que recopila la información necesaria como nombres, organizaciones a las que dijeron pertenecer los empresarios, fotos y videos para que la senadora presente una denuncia de hechos.
Aclaró que no cerrará las puertas del Senado a los ciudadanos porque eso sería ir en contra de las disposiciones en materia de derechos humanos y sería antidemocrático. Además afirmó que el Senado no tiene la responsabilidad de detectar si un visitante pertenece o no al crimen organizado porque no tiene acceso a la Plataforma México.
Por su parte, el coordinador del PAN y presidente de la Junta de Coordinación Política del Senado, Jorge Luis Preciado, exigió una investigación para saber quién dejó entrar a los presuntos miembros del crimen organizado.
Advirtió que al saber de la presencia de éstos, pidió que Omar Fayad, presidente de la Comisión de la Seguridad, lo reportara de inmediato a la Secretaría de Gobernación, pero la petición no se concretó.
Fayad dijo que los legisladores sólo escucharon a la comisión de Apatzingán, pues dijeron ser líderes y representantes de la sociedad y hablaron sobre la situación de inseguridad que se vive en la localidad.
Emilio Gamboa, coordinador del PRI, declaró que supo que al Senado habían entrado dos presuntos defensores de Los Templarios; mientras que el coordinador del PRD, Miguel Barbosa, pedirá un informe para determinar las condiciones en las que se desarrolló la reunión. (El Economista)