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WASHINGTON, D.C., 1 de octubre.- El Senado de Estados Unidos, de mayoría demócrata, rechazó un plan de presupuesto aprobado horas antes por la Cámara de los Representantes, de mayoría republicana. Por 54 votos a favor y 46 en contra, la Cámara Alta descartó la propuesta republicana y devolvió a la Cámara de Representantes el plan presupuestario para el nuevo año fiscal, que comienza hoy.
Barack Obama acusó a los republicanos de la Cámara de Representantes de fabricar una crisis. (Foto REUTERS)
El impasse entre las dos Cámaras del Congreso está en la negativa de los republicanos a otorgar fondos a la reforma sanitaria, pese a que ésta fue aprobada en su día por los congresistas y declarada constitucional por la Corte Suprema de EE.UU. El último plan republicano consistía en retrasar durante un año la entrada en vigor de la parte más importante de la reforma, la que a partir de enero obligará a todos los estadounidenses a contratar un seguro de salud.
Como ha venido sucediendo en las anteriores votaciones, los demócratas volvieron a rechazar la propuesta republicana y se niegan, desde el Senado, a aprobar un presupuesto sin la reforma sanitaria, uno de los pilares de la política del Presidente Barack Obama.
Así, cuando faltaban dos horas para la medianoche, ninguno de los dos grandes partidos de EE.UU. estaba dispuesto a ceder, por lo que la amenaza de parálisis del Gobierno Federal, por falta de fondos, era inminente. La última vez que el Gobierno Federal entró en parálisis fue hace 17 años.
Llamada de Obama. En un intento de romper el bloqueo, el Presidente Obama telefoneó a los líderes republicanos en ambas Cámaras y les advirtió de que un presupuesto que amenace la reforma de salud "nunca se aprobará en el Senado ni se convertirá en ley", según la Casa Blanca.
La pelota, por tanto, estaba en el tejado de los republicanos, que tenían poco menos de dos horas para decidir si aceptaba o no la propuesta "limpia" en la que insiste el Senado, es decir, un presupuesto que permita seguir financiando el Gobierno y no incluya ataques contra la reforma sanitaria.
Daño a la economía. Obama advirtió que el cierre parcial del Gobierno Federal por falta de fondos "trabará los engranajes" de la economía del país en un momento clave para la recuperación.
Obama reiteró que la paralización sería el error de la "ala de extrema Derecha" del Partido Republicano, haciendo referencia al conservador grupo Tea Party.
En una comparecencia ante la prensa en la Casa Blanca, Obama subrayó que los "cientos de miles" de funcionarios que se verán afectados por un cierre temporal del Gobierno "son los clientes de todos los negocios de este país".
"Y se verán gravemente afectados, y como consecuencia todos nosotros lo estaremos si el Congreso escoge cerrar el Gobierno del pueblo", alertó.
La ley sanitaria entra en vigor hoy, haga lo que haga el Congreso
El Presidente de EE.UU., Barack Obama, advirtió ayer a los opositores republicanos que, aunque logren paralizar el Congreso, no lograrán descarrilar la reforma sanitaria, que entra en vigor hoy, martes, con el arranque del nuevo año fiscal.
"Una parte importante de la Ley de Asistencia Sanitaria Asequible entra en vigor mañana, no importa lo que el Congreso decida hacer hoy", sentenció Obama ayer en una comparecencia ante la prensa en la Casa Blanca.
"La Ley de Asistencia Sanitaria Asequible está avanzando. Esos fondos ya están implementándose. No pueden tumbarla", subrayó.
Obama recordó que la reforma sanitaria fue "aprobada por ambas Cámaras del Congreso", sancionada como constitucional por el Tribunal Supremo, y que "los votantes escogieron no derogarla" en las elecciones del pasado noviembre.
Hoy entran en vigor los llamados "mercados de seguros médicos", que abren la posibilidad a todos los estadounidenses de inscribirse en uno de los más de medio centenar de planes privados, antes de que se haga efectiva, en enero, otra cláusula de la reforma que establece la obligatoriedad del seguro médico.
Así, el Gobierno de Estados Unidos cerró operaciones de manera parcial a partir de hoy, y por primera vez en los últimos 17 años, luego de que el Congreso fracasó para acordar su financiamiento.
El límite se cumplió en el primer minuto del martes -hora de Washington- tras un día de batallas entre republicanos, que intentaban frenar la reforma de salud del Presidente Barack Obama, y los demócratas que rechazaron cualquier plan que contuviera la medida.
La Casa Blanca ordenó a las agencias gubernamentales que inicien una paralización en la noche del lunes, después de que el Congreso no logró alcanzar un acuerdo.
"Nosotros instamos al Congreso a que actúe rápido para aprobar una resolución que brinde un puente de corto plazo que garantice suficiente tiempo para aprobar un presupuesto para el resto del año fiscal", dijo Sylvia Burwell, directora de la Oficina de Administración y Presupuesto de la Casa Blanca, en un comunicado.
"Y restaurar las operaciones de servicios públicos y programas esenciales que se verán golpeados por una interrupción de las adquisiciones", agregó.
A lo largo de ayer lunes, las mediciones sobre el gasto iban y venían entre la Cámara de Representantes -con mayoría republicana- y el Senado -liderado por los demócratas- cada vez con mayor rapidez, pero sin señales de algún tipo de compromiso.
Este es el primer cierre parcial del Gobierno en 17 años. La paralización se prolongará hasta que las cámaras del Congreso superen sus diferencias, lo que puede tomar días o semanas.
En la tarde del lunes, Obama se mostró resignado a un cierre financiero y apareció en la sala de prensa de la Casa Blanca para reiterar que la paralización sería el error de la "ala de extrema Derecha" del Partido Republicano, haciendo referencia al conservador grupo Tea Party.
El Presidente también aseguró que los pobres y ancianos seguirían recibiendo cheques de beneficio, aunque aclaró que muchas otras funciones del Gobierno se suspenderían, lo que implica "una llave en el engranaje de nuestra economía".
Acusó a los republicanos de la Cámara de Representantes de fabricar una crisis que podría dañar a la economía y a los ciudadanos de todo el país.
"Una paralización tendrá un impacto económico real muy fuerte en la gente de inmediato", dijo Obama a periodistas en la Casa Blanca. (Agencias)