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ACAPULCO, Guerrero, 17 de septiembre.- Cientos de personas han comenzado a saquear la tienda Costco. Con el agua a la cintura, la gente corre con el argumento de que están regalando los enseres.
Marinos han formado un retén en la zona de puerto Márquez donde le quitan a las personas cualquier objeto suntuoso o de diversión y aparentemente sólo les permiten llevar comida.
Esta acción se desarrolla mientras elementos de la Policía Federal se mantienen sólo a la expectativa.
Desolación en Acapulco.
Aunque con menor intensidad, la tormenta tropical Manuel sigue dejando huella en el puerto de Acapulco, incluyendo a Punta Diamante, que dicen es una de las zonas más golpeadas. No hay manera de corroborar el punto porque esta área está totalmente aislada del aeropuerto, de la ciudad y entre sí.
El caudal de los ríos, que en realidad son calles, ha ido bajando en las últimas horas, pero cada vez que Manuel suelta un chaparrón a la gente se le encoge el alma. Cuentan que a un paso de Punta Diamante, en Puerto Marqués, la fractura del puente provocó que unos cuantos cocodrilos escaparan de su confinamiento. La información no ha sido confirmada, pero corre como veraz de boca en boca.
Punta Diamante, una de las zonas más golpeadas.
Al filo de las 15 horas, la gerencia del hotel Pierre Marqués convocó a sus 600 huéspedes a una reunión informativa en la que imperó una asombrosa calma. Ahí se informó que la situación es en extremo delicada, y debe serlo sobre todo en el vecino hotel Princess, que alberga a tres mil huéspedes. La dirección del hotel aseguró que hay provisiones y agua para una semana, pero no hay hielo ni aire acondicionado porque la zona está sumergida, además, por un tremendo apagón desde hace 24 horas.
Tanto el Marqués como el Princess –de la cadena Fairmont– tienen potentes generadores que mantienen los servicios imprescindibles.
Puede verse la televisión y a ella se agarran los clientes para informarse de lo que sucede fuera de Punta Diamante. No podemos quejarnos, no debemos.
Cuentan, y no es difícil imaginarlo, que la situación imperante en los centros de acogida es por demás delicada. No hay alimentos y escasea el agua, y además Protección Civil y el Ejército impiden la movilidad de las personas a fin de evitar males mayores.
Hay decenas de niños que necesitan atención urgente, pero no hay modo de cubrir tales atenciones.
Los centros comerciales ubicados en las orillas del Bulevar de las Naciones fueron devastados por la riada. Algunos internautas ya están colgando sus fotos en las redes sociales: esas imágenes no necesitan palabras. (Agencias)