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Mérida, Yucatán, México, 17 de febrero de 2022
En el marco del Día Internacional del Síndrome de Asperger, que se conmemora el 18 de febrero, el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Yucatán brinda información sobre este trastorno del neurodesarrollo que forma parte del espectro autista y que suele ser menos grave; sin embargo, es muy importante su detección oportuna en edades tempranas y que las personas que lo presentan sean visibilizadas para una mejor inclusión social y desarrollo.
El doctor Carlos Augusto Barrera Tello, neurólogo pediatra del Hospital General Regional No.1 “Lic. Ignacio García Téllez”, explicó que el Síndrome de Asperger es llamado así por el pediatra Hans Asperger, que en 1944 describió por primera vez un conjunto de patrones de comportamiento presentes en algunos de sus pacientes, mayoritariamente de sexo masculino.
Se suele diagnosticar a partir de los tres años de edad cuando la o el niño se encuentra en edad escolar. Tal como ocurre con otros trastornos del espectro autista, aún no se establecen las causas de este síndrome, pero se sabe que el cerebro de alguien con esta afección funciona de forma diferente al de una persona que no la tiene.
El síndrome de Asperger afecta la interacción social, la comunicación verbal y no verbal y las personas que lo presentan llegan a tener una resistencia para aceptar el cambio, inflexibilidad del pensamiento, así como poseer campos de interés específicos y tienen rutinas repetitivas e inflexibilidad al realizarlas.
El especialista del IMSS enlistó los siguientes signos y síntomas que podrían presentar las y los niños con síndrome de Asperger: dificultad para tener interacciones sociales o realizarlas de forma inadecuada; lenguaje repetitivo o “robótico”; conversaciones que casi siempre tratan sobre sí mismos en lugar de los demás; problemas para leer y escribir, sin embargo algunos tienen buenas habilidades de memoria, muchos sobresalen en matemáticas y/o ciencia.
Llegan a presentar fijaciones por ciertos temas que son de su interés; a veces pueden realizar movimientos repetitivos, comportamientos y/o gestos que se consideran extraños o excéntricos. Con frecuencia, tienen dificultad para comprender el lenguaje corporal de otras personas.
En general, niños y adolescentes con síndrome de Asperger pueden desempeñarse normalmente en la vida diaria, pero tienen limitaciones en la interacción social, e incluso llegan a relacionarse mejor con los adultos que con las personas de su edad. Otras características pueden incluir limitaciones en la motricidad, torpeza y preocupaciones peculiares.
En caso de que la o el menor presente alguno de los síntomas o signos mencionados, es importante que sea un especialista el que lo evalúe ya que un diagnóstico e intervención oportuna podrían traer importantes beneficios tanto en el aspecto educativo como en el social del niño con síndrome de Asperger.
Para finalizar, se exhortó a madres y padres de familia a llevar a las y los niños a consulta médica en su Unidad de Medicina Familiar (UMF) desde los primeros meses de vida y seguir con el “Control del Niño Sano”; de esta forma, se observará la conducta de la o el menor, así como su manera de interactuar y comunicarse y, en caso de que se detecte algún signo de alerta, se canalice con la o el especialista para que reciban tratamiento de forma temprana.