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El señor Marcos Perera Marrufo, vecino del Fraccionamiento Polígono 108 informó que desde hace cosa de seis meses, la Junta de Agua Potable y Alcantarillado de Yucatán le ha brindado el peor de los servicios, realizándole cobros injustificados e incumpliendo su obligación de prestar un servicio de calidad.
Así chorrea el medidor recientemente instalado en el domicilio del señor Marcos Perera Marrufo. Evidentemente el trabajo fue mal hecho
Indicó que hace como seis meses, le llegó un recibo con un cobro evidentemente desproporcionado a su capacidad de consumo, toda vez que en el predio que habita, vive solo.
Comentó que decidió hacer el reclamo correspondiente ante la dependencia gubernamental, toda vez que no efectuó el consumo y no tanto merced al monto solicitado.
Aclaró que anteriormente, debido a que le robaron la tubería de cobre del tinaco, se generó una fuga que se tradujo en consumo excesivo y nunca evadió su pago, que cumplió cabalmente, sino que solo solicitó facilidades para hacerlo, pues sus ingresos no son altos.
Destacó que acudió a las oficinas de la JAPAY ubicadas en el centro de la ciudad, al módulo de atención a usuarios a reportar la irregularidad y fue atendido por una muchacha que le cuestionó si había alguna fuga en casa, a lo que respondió negativamente, por lo que la empleada hizo lo anterior, del conocimiento del jefe del departamento de atención a usuarios, de nombre Melchor Pérez Castro, que le indicó que en fecha determinada, acudiría a su domicilio, personal institucional para proceder al cambio de su medidor. El señor Perera Marrufo solicitó le indicaran la hora de la visita, toda vez que debía pedir permiso en su trabajo, pues era menester que le abriera a los trabajadores para que pudieran cumplir su labor. A ello, le respondieron los empleados públicos que perdiera cuidado, que así sucedería.
Esta empleada, ubicada en el cubículo número cinco, se caracteriza por su trato descortés y prepotente, nos aseguró el entrevistado
Pero llegado el día y la hora de la visita, nadie acudió, por lo que el señor Perera acudió molesto a las oficinas centrales a reclamar lo ocurrido.
Nuevamente fue atendido por Pérez Castro, que se disculpó y le aseguró que al día siguiente antes de las diez de la mañana, estaría hecho el trabajo, como en efecto sucedió, pues al día siguiente le pusieron medidor nuevo, de plástico le dijeron los empleados, pues los de cobre resultan una tentación para los ladrones de este material.
Una semana después, el señor Perera notó que había una fuga de agua del medidor, pues al parecer no lo instalaron debidamente, motivo por el que se comunicó telefónicamente a la JAPAY al departamento de fugas, donde narró lo acontecido con antelación y le solicitaron la ubicación de su predio, diciéndole que al día siguiente irían a solucionar el inconveniente.
Melchor Pérez Castro, jefe del departamento de atención a usuarios, no es capaz de solucionar los problemas que provoca la ineptitud institucional
Nuevamente el señor Perera se comunicó a JAPAY, dando a conocer el incumplimiento de la visita programada, a lo que la operadora que lo atendió, respondió que canalizaría su problema al departamento de Pérez Castro, siendo atendido por una persona del sexo femenino que tras solicitarle su dirección, le pidió un número de contacto y le ofreció que le avisarían con anticipación de la hora en que se verificaría la visita.
Perera Marrufo indicó que transcurrió todo el día y toda la tarde y jamás se comunicó nadie con él. Ante esta situación, se apersonó nuevamente a las oficinas del centro, donde lo atendió una persona del sexo femenino, ubicada en el compartimento número cinco de las encargadas de atención a usuarios, quien tras una espera larguísima, lo trató con lujo de desdén y lo calalizó de nuevo, con Pérez Castro, que le aseguró que esta vez su problema se resolvería en definitiva.
El culto a la personalidad solo propicia la ineptitud institucional
Cabe mencionar que nuestro entrevistado mencionó que le parece que Pérez Castro es amable y que hasta se esfuerza en resolver los problemas que se le presentan, pero son tantos estos y de tal magnitud, ante la ineficiencia institucional, que es incapaz de conseguirlo, por más que intenta hacer bien su labor.
La pésima atención que nos brindan instituciones y empleados públicos es fiel reflejo de la actitud de desprecio que la presente administración estatal exhibe hacia la ciudadanía. Ojalá no permitamos que estos malos gobiernos continuen en el poder, expresando en las urnas nuestro descontento el próximo primero de julio, finalizó.