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La verdadera ética consiste en la fidelidad a lo que se hace. Vittorio Gregotti
Uno de los temas escabrosos, pero siempre actual en los medios de comunicación, es sin duda el que corresponde a la ética de la información, principalmente, en lo que se refiere al manejo de las imágenes.
Desde las fuentes utilizadas, las fotografías sensacionalistas, sangrientas imágenes que no aportan nada al periodismo, lleva, a buena parte del público lector, a preguntarse si existe tal ética periodística.
En los inicios del periodismo la profesión se desarrollaba basándose en códigos de honor y consejos de prensa que eran guiados por la razón humana, la conciencia filosófica, la moral y la buena voluntad. Actualmente ni la "medida de Dios" ni la búsqueda de la verdad tienen hoy cabida en los medios masivos de comunicación.
Niceto Blazquez en su libro La Nueva Ética en los Medios de Comunicación afirma que ahora "importa poco que la información sea objetivamente verdadera y subjetivamente veraz. Importa más que sea interesante".
Así lo comprueban la cantidad de fotos publicadas por distinos medios masivos que sin consideración alguna atentan contra toda ética moral y periodística, entre los que podemos mencionar al "Por esto!", llamado a sí mismo el "períodico de la soberanía", Presidio y De Peso, todos ellos, medios locales de Mérida, Yucatán.
{xtypo_quote_left}La ética se ha sutituido por la astucia práctica, el pragmatismo y la casuística legal. Así, lo legalmente permitido y los vacíos legales, la astucia para no salir pejudicados es lo que guía en muchos medios al momento de publicar imágenes" Niceto Blazquez{/xtypo_quote_left}
Alex Grijelmo en su libro El estilo del periodista menciona que existen algunas situaciones que suelen convertirse en un dilema de ética. Éstas corresponden a imágenes de fusilamientos, violencia y terrorismo, violación, accidentes de tráfico, sexo y pornografía, fotos ridiculizantes, violación del derecho a la vida privada, exhibición de ejecución a condenados a muerte y personas en estado agónico, entre otras. El contenido que muestran estas imágenes pueden ser consideradas violentas, inmorales o escandalizantes por su fuerte contenido visual. Sin embargo, su publicación pudiera estar justificada cuando están encaminadas a denunciar un hecho indignante que merece la pena ser relatado, aclarando que su fin no es sensacionalista.
{xtypo_quote_left}El fotoperiodista puede hacer uso de esas informaciones gráficas siempre y cuando con ellas trate de denunciar los hechos que no ha podido evitar. Pero sería éticamente inadmisible el reproducir esas imágenes por hedonismo, sadismo o simplemente para ganar dinero...{/xtypo_quote_left}
En otros casos, la intención del medio puede no ser honesta y contemplar solamente los fines lucrativos; es por esto que la ética periodística incluye no sólo al reportero y/o fotógrafo sino también al editor y director del medio, porque si bien está en el primero el delimitar si la imagen debe ser tomada o no, el segundo o tercero deben también, a su vez, utilizar su sentido moral y común para decidir si la imagen es justificablemente publicable o no.
¿Se le puede llamar ético a un periódico que publica imágenes altamente sexuales e invasivas de la intimidad sin tener relación con lo que denuncian?
El "Por esto!", uno de los periódicos más deshonestos, en sus publicaciones del mes de agosto de 2009, publicó una serie de fotos de una fiesta privada en la que se encontraba presente un funcionario importante de una empresa federal descentralizada en situaciones comprometedoras con una "prostituta". Las imágenes, además de revelar desnudos totales y violar la intimidad de los asistentes, no tienen relación alguna con la denuncia que se hace en el texto en la que se presumen irregularidades en la dependencia del funcionario. Se hace alusión a las fotos mencionando que en las fiestas los funcionarios arreglan "contratos fraudulentos", cuando las fotos sólo demuestran las actividades realizadas con mujeres en un momento relativamente privado de relajamiento moral.
En su edición del 3 de septiembre, el "Por esto!" vuelve a las publicaciones grotescas difundiendo las imágenes de agentes internacionales encargados de la seguridad de Estados Unidos en Kabul, Afganistán, en situaciones comprometedoras y en estado de total embriaguez.
Aunque si bien es cierto que las fotos denuncian la falta de profesionalismo de los agentes y el abuso de autoridad de unos sobre otros, las fotografías caen en lo grotesco y vulgar, sin duda, inaceptables dentro de la ética mínima.
Además, las fotografías altamente violentas que encabezan las portadas del mismo "Por esto!", Presidio y "De peso" hacen pensar en el uso del amarillismo como herramienta mercantil, despertando el morbo en un público ávido de ese tipo de "información".
Llama también la atención que una revista política tan profesional como Proceso, haya incluido en su edición especial número 25 con nombre "El México narco", gran cantidad de ilustraciones que más que dar una idea del México violento que se vive debido al narcotráfico, presenta una serie de fotografías faltas de sensibilidad con descabezados, cadáveres desnudos, faltos de extremidades y sangrantes, que no siempre tienen relación con el texto, por demás, interesante.
Lamentablemente, éstas son las imágenes que ocupan los titulares y se publican día a día en los medios aprovechándose de las lagunas legales y la nula acción de las autoridades. MEAP
{xtypo_rounded2}Dodecálogo de deberes del periodista según Camilo José Cela.
1) El periodista debe decir lo que acontece, no lo que quisiera que aconteciese
2) Decir la verdad, recordando siempre que la mentira no es noticia
3) Ser tan objetivo como un espejo. La visión deliberadamente monstruosa de la imagen cabe no más que en la literatura
4) Callar antes que deformar
5) Ser independiente en su criterio
6) Aspirar al entendimiento intelectual
7) Funcionar acorde con su empresa (línea editorial)
8) Resistir toda suerte de presiones
9) Recordar que no es el eje de nada
10) Escribir con máxima sencillez
11) Conservar el más firme orgullo profesional
12) No ensayar la delación ni ejercitar jamás la adulación{/xtypo_rounded2}