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MEXICO, D.F., 10 de septiembre.- The Coca-Cola Company dijo ayer lunes que un impuesto especial propuesto en México a las bebidas azucaradas como parte de una reforma fiscal es discriminatorio e incompatible con una buena política fiscal.
El Presidente mexicano, Enrique Peña Nieto, presentó el domingo una propuesta de reforma hacendaria y seguridad social que contempla un gravamen especial de un peso por litro a las bebidas azucaradas, como una medida para combatir la obesidad.
The Coca-Cola Company ayer que un impuesto especial propuesto en México a las bebidas azucaradas como parte de una reforma fiscal es discriminatorio e incompatible con una buena política fiscal.
"Un impuesto sobre bebidas no está justificado. La gente consigue calorías de muchos alimentos y fuentes de bebidas, y un impuesto sobre un producto no va a resolver un problema tan complejo como la obesidad", dijo la firma en un comunicado.
Coca-Cola agregó que los refrescos y otras bebidas endulzadas con azúcar representan sólo entre el 5.5% y el 6.6% de las calorías promedio en la dieta de los mexicanos, considerados los mayores consumidores per cápita de refrescos en el mundo, según la propuesta de reforma.
En México, Coca-Cola vende más de 60 marcas de bebidas no alcohólicas, de las cuales 40% son sin azúcar, bajas en calorías o sin calorías.
La compañía dijo además que el consenso entre economistas es que los impuestos al consumo, o en particular los dirigidos a los alimentos y bebidas, a menudo afectan a los consumidores pobres y de ingresos medios.
Los principales embotelladores de la popular marca en México - Coca-Cola FEMSA (KOF) y Arca - declinaron hacer comentarios sobre el tema.
La propuesta todavía tiene que ser aprobada por el Congreso mexicano y promulgada por el ejecutivo, para entrar en vigor hasta el 2014.
El presidente Enrique Peña presentó el domingo una iniciativa de reforma fiscal que contempla un gravamen especial de un peso por litro a las bebidas azucaradas, entre ellas los refrescos, los cuales pagan actualmente el impuesto al valor agregado (IVA) del 16 por ciento.
"Un impuesto sobre bebidas no está justificado. La gente consigue calorías de muchos alimentos y fuentes de bebidas, y un impuesto sobre un producto no va a resolver un problema tan complejo como la obesidad".
La industria de refrescos de México dijo el lunes que un nuevo impuesto propuesto por el Gobierno a las bebidas azucaradas como parte de un paquete económico haría poco por combatir la obesidad y golpearía a las empresas y a los consumidores, especialmente a los más pobres.
"Nos parece que no abona a resolver el problema de la obesidad", dijo a Reuters el director de la Asociación Nacional de Productores de Refrescos, Emilio Herrera.
"El impuesto representa entre un 15 y un 20 por ciento, y se recarga en muchísima mayor proporción en las familias de menores ingresos de este país", agregó el dirigente.
México, un país con 117 millones de habitantes, tiene un consumo de cerca de 163 litros de refresco per cápita, uno de los más altos en el mundo, y el Gobierno espera recaudar 12,000 millones de pesos (unos 915 millones de dólares) con el nuevo impuesto.
Los mayores embotelladores Coca-Cola en México son Coca-Cola FEMSA y Arca Continental, mientras que la de Pepsi es Cultiba.
Herrera dijo que el nuevo gravamen causaría una caída en los volúmenes de la industria, lo que a la larga incidiría en toda la cadena productiva que inicia desde los productores de azúcar y fruta, y llevaría eventualmente a la pérdida de empleo e inversiones.
Coca-Cola afirma que los refrescos y otras bebidas endulzadas con azúcar representan sólo entre el 5.5% y el 6.6% de las calorías promedio en la dieta de los mexicanos.
The Coca-Cola Company, cuyas marcas son las más consumidas en México, dijo el lunes que el impuesto propuesto a las bebidas azucaradas es discriminatorio e incompatible con una buena política fiscal.
"Un impuesto sobre bebidas no está justificado. La gente consigue calorías de muchos alimentos y fuentes de bebidas, y un impuesto sobre un producto no va a resolver un problema tan complejo como la obesidad", dijo la firma en un comunicado.
El Gobierno buscaría con el nuevo impuesto desalentar el consumo de bebidas azucaradas, con cero aporte nutricional, que según la propuesta "contribuye de manera notoria al exceso de ingestión energética y es factor importante en el desarrollo del sobrepeso y obesidad en México".
Analistas opinan que el impuesto podría cambiar la mezcla de ventas de las embotelladoras cuya gama de productos incluye otras bebidas y agua.
"El consumidor tenderá en un porcentaje a consumir más otros productos como agua, por lo que el efecto (sobre los resultados de las embotelladoras) podría minimizarse", dijo Marisol Huerta, analista de Banorte-IXE en un reporte.
La propuesta todavía tiene que ser aprobada por el Congreso mexicano y promulgada por el ejecutivo, para entrar en vigor hasta el 2014.
En el pasado, el Gobierno mexicano ya había aplicado en el 2002 impuestos especiales a los refrescos de hasta un 20 por ciento, pero al contrario de esta nueva reforma, era para los refrescos y bebidas que utilizaban endulzantes distintos a la azúcar de caña.
Luego más tarde en el 2006, el impuesto fue derogado, recordó Huerta. (Agencias)