669 palabras
WASHINGTON, D.C., 1 de octubre.- Luego de la suspensión de servicios del Gobierno de los Estados Unidos, tras el rechazo del Senado a su iniciativa presupuestaria, cerca de un millón de trabajadores burócratas del vecino país del Norte, se han quedo momentáneamente paralizados en sus actividades laborales.
Este es el primero revés financiero en 17 años de los legisladores estadounidenses a su Presidente, que han puesto a esa potencia en un escenario claro de paralización financiera.
Lo anterior como resultado de una batalla entre los senadores de los diferentes partidos por el presupuesto derivada de los intentos de los republicanos de frenar la reforma de salud promovida por el presidente Barack Obama.
Y es que el Senado de Estados Unidos rechazó ayer lunes la pieza legislativa que buscaba mantener en funciones al Gobierno, enviada por la Cámara de Representantes, y que incluía la condición de atrasar en materia de salud conocida como Obamacare.
En ese sentido, los miembros de Senado, aseguraron que reenviarán una propuesta "limpia" nuevamente al Congreso, que no incluye ninguna condición, más que la de aprobar el presupuesto del próximo año fiscal.
El Congreso aprobó la madrugada del domingo una legislación que retrasa por un año la entrada en vigencia de la ley de salud y rechaza un impuesto a ciertos aparatos médicos, a cambio de evitar el cierre del gobierno.
Con esa legislación, la Cámara de Representantes, dominada por los republicanos, respondió a una resolución anterior del Senado, dominado por los demócratas, que aprobaba un presupuesto temporal pero sin tocar el Obamacare.
"Van a cerrar el Gobierno si no pueden evitar que millones de estadounidenses reciban cuidados de la salud a precios accesibles", dijo el representante demócrata por Maryland, Chris Van Hollen.
"La Cámara dos veces a votado para mantener funcionando el gobierno. Y si tenemos un cierre, solo será porque cuando llega al Senado, Harry Reid (líder demócrata) dice ‘Yo me niego a discutirlo’", dijo el líder de los republicanos del Tea Party en el Senado, Ted Cruz, quién insistió que la culpa es de los demócratas.
Nuevamente es el turno de los republicanos en la Cámara mover esta pieza de ajedrez que mantiene a todo un país en suspenso.
A pesar de todo ello, Obama, firmó de última hora una ley para mantener los pagos a las Fuerzas Armadas, de cara al inevitable cierre del Gobierno derivado del bloqueo del Congreso a su propuesta financiera.
"El Presidente Obama firma un proyecto de ley para mantener los salarios y las asignaciones de los miembros de las Fuerzas Armadas durante el cierre del Gobierno", ha informado la Casa Blanca a través de su cuenta oficial en la red social Twitter.
Tras no llegar a un acuerdo, la administración pública quedó paralizada de forma indefinida. Aunque los servicios básicos seguirán funcionando, el Gobierno calcula que 800,000 funcionarios no irán a trabajar, explicó un representante de la Casa Blanca.
En términos económicos, el Gobierno de Barack Obama estima que el cierre de la administración pública costará a la economía estadounidense unos 10 mil millones de dólares semanales, por lo que el presidente estadounidense advirtió de que tendrá un "impacto real".
Éste es el décimo octavo cierre de la administración pública desde 1976. El último precedente se remonta a la Presidencia de Bill Clinton. Entonces, el bloqueo presupuestario se prolongó entre el 5 de diciembre de 1995 y el 6 de enero de 1996. (MiMorelia)