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Quito, Ecuador, abril 3 de 2017
Los ecuatorianos acudieron ayer a las urnas para elegir al sucesor del presidente Rafael Correa en una segunda vuelta decisiva para la izquierda latinoamericana.
Hasta el cierre de esta edición, con 94.43% de los votos contados, el Consejo Nacional Electoral (CNE) apuntó que el oficialista Lenín Moreno se mantiene como triunfador con el 51.07% de los sufragios.
Mientras que el opositor Guillermo Lasso logró 48.93% de los sufragios, por lo que dijo que exigirá un recuento de votos.
“Están manoseando la voluntad popular y vamos a exigir el recuento de los votos, porque el pueblo ecuatoriano votó por el cambio, votó contra la dictadura de un solo partido político”, dijo Lasso.
Los centros de votación cerraron tras recibir durante 10 horas los sufragios de los ecuatorianos, que ejercieron su derecho para elegir al próximo Presidente del país.
Las casi 40 mil juntas receptoras del voto finalizaron su actividad a las 17:00 horas (locales) y dieron paso al escrutinio de las papeletas.
Unos 12.8 millones de electores fueron convocados a las urnas para designar al sucesor del presidente Rafael Correa entre el oficialista Lenín Moreno (izquierda) y el opositor Guillermo Lasso (centro derecha).
En un colegio electoral de Quito, Moreno, del movimiento oficialista Alianza País (AP), dijo estar seguro de que “Ecuador va a votar por continuar por un proceso que le marca un derrotero de futuro”.
Poco antes, Lasso, de Creando Oportunidades (Creo), aseguró tras votar en Guayaquil (suroeste), la capital económica del país, que esta segunda vuelta es “crucial” para elegir entre el “camino de Venezuela o el camino de la democracia y de la libertad”.
Al votar por la mañana, Correa, el presidente que gracias al boom petrolero modernizó con su “Socialismo del siglo XXI” un país con fama de ingobernable, tildó la segunda vuelta de decisiva.
“Es un momento decisivo porque hemos tenido una reacción conservadora en los últimos años”, dijo Correa al votar en Quito, en relación con el giro a la derecha que hicieron recientemente países como Argentina, Brasil y Perú.
Por primera vez en 10 años sin Correa como candidato, a quien la oposición acusa de haber derrochado la mayor bonanza petrolera del país, AP se juegó su permanencia en el poder con Moreno, un abanderado de las causas sociales que sufre una paraplejia por un disparo que recibió en un asalto en 1998.
Con un plan que privilegia la inversión social sin “paquetazos ni privatizaciones” y una “cirugía mayor” a la corrupción, Moreno se enfrentó a la propuesta de Lasso, modelo del hombre hecho a sí mismo y expresidente del Banco de Guayaquil, que ofrece abrir el mercado, generar un millón de empleos y eliminar 14 impuestos.
Seguidores de los candidatos se reunieron en hoteles de Quito y Guayaquil en espera de los resultados.
La normativa ecuatoriana establece que un candidato ganará la Presidencia en una sola ronda de votaciones si obtiene una mayoría absoluta (la mitad más uno de los votos) o si alcanza un mínimo de 40% y obtiene una ventaja de 10 puntos porcentuales sobre el segundo más votado.
Moreno y Lasso fueron los candidatos más votados en los comicios de la primera vuelta desarrollados el pasado 19 de febrero pasado.