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Ciudad de México, México, 24 de marzo de 2021
La educación en México resintió el impacto de la pandemia del COVID-19 y de la crisis económica, ya que 5.2 millones de personas en el país interrumpieron sus estudios por estos motivos.
La Encuesta para la Medición del Impacto Covid-19 en la Educación (ECOVID-ED) 2020 del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) reveló que 2.9 millones de personas de 3 a 29 años de edad no se inscribieron al ciclo escolar 2020-2021 por falta de recursos económicos, y 2.3 millones fue por algún motivo relacionado con la pandemia.
Las principales causas fueron porque consideran que las clases a distancia son poco funcionales para el aprendizaje, con el 26.6 por ciento.
Otra causa fue que sus tutoras y tutores se quedaron sin empleo o cerró el lugar donde trabajaban, con el 25 por ciento, mientras que carece de computadora, otro dispositivo o de conexión a Internet, el 22 por ciento.
De estos, 3 millones corresponden al nivel de educación básica (preescolar, primaria y secundaria): 1.3 millones fue por motivos de la COVID-19 y 1.6 millones por falta de recursos económicos.
Los hombres fueron los más afectados con 2.8 millones que suspendieron sus estudios: 1.5 millones por falta de recursos y 1.3 millones por la pandemia. En el caso de las mujeres fueron 2.5 millones: 1.4 millones por falta de recursos y 1.1 millón por Covid-19. Adicional a los 5.2 millones que no se inscribieron al ciclo escolar por COVID-19 y falta de recursos, 3.6 millones fueron porque tenían que trabajar.
“De los motivos de no inscripción al ciclo escolar 2020-2021 destaca la respuesta por falta de dinero o recursos, que pueden estar intensificados dado los efectos de la crisis provocada por la pandemia, aunque directamente no se haya asociado al fenómeno de la COVID-19; en la misma condición se puede asociar la respuesta: porque tenía que trabajar”, indicó el INEGI en su reporte.
Marco Fernández, profesor-investigador del Tecnológico de Monterrey e investigador de México Evalúa, indicó que lo más preocupante es que no hay a la fecha por parte de la autoridad un dato público sobre el abandono escolar, pero además, la encuesta tiene una cobertura de las razones de lo que han vivido los que han estado inscritos, pero no hay una medición de las afectaciones del aprendizaje, no se sabe lo que están aprendiendo los alumnos.
Agregó que otro problema es que las personas están dejando truncos sus estudios, “tendrán un futuro sombrío porque van a tener menores posibilidad de ingreso y eso a su vez creará un problema de círculos perversos de pobreza, es decir, si empiezas a ganar menos porque no tienes estudios, las oportunidades de brindar recursos a tus hijos serán menores”.
Por ello, consideró que es necesario tener una ruta clara sobre el regreso paulatino a clases en el presente año y en los próximos, para ir compensando la pérdida de aprendizaje.
“La pandemia obligó a lanzarse abruptamente a una nueva experiencia, la falta de saber utilizar la educación a distancia ha provocado decepción, hastío de alumnos y profesores, esto ha provocado la deserción y mala calidad de la educación durante y pospandemia”, dijo Miguel González, coordinador del Centro de Estudios Financieros y de Finanzas Públicas de la UNAM.
Agregó que esto tendrá un efecto negativo en “la modernización, desarrollo económico y humano y en el futuro digital, al que aceleradamente avanzan otros países en este siglo. Es necesario, contar con las plataformas educativas e infraestructura adecuada y preparar al personal docente en los modelos educativos a distancia”.
La ECOVID-ED reveló que de la población que no se inscribió al presente ciclo escolar por causa del coronavirus, el 27 por ciento fue porque consideraron que las clases a distancia son poco funcionales.
Le sigue el hecho de que alguno de sus padres o tutores se quedaron sin empleo o cerró el lugar donde trabajaban, con 25 por ciento del total y al 22 por ciento le afectó carecer de computadora u otro dispositivo o conexión a Internet.
El 28.6 por ciento de los hogares tuvo que realizar un gasto adicional en teléfono celular para atender las clases a distancia; 26.4 por ciento contrató servicio de Internet y 20.9 por ciento gastó en adecuar un espacio para el estudio.