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Mérida, Yucatán, México, 30 de marzo de 2022
El negocio de transporte en autos de alquiler conocido comúnmente como taxis, con el avance tecnológico ha evolucionado y las empresas dedicadas a proporcionar este servicio se ha tenido que adaptar a estos cambios o resignarse a ver caer significativamente sus ganancia, o en el peor de los casos, cambiar de actividad.
Este fenómeno ha impactado de manera importante no solo en los operadores sino también en el público usuario que muchas veces, ante el deficiente sistema de transporte público de pasajeros de Mérida, tiene la necesidad de viajar en una unidad de taxis de los llamados de “sitio”, “taxímetros” u otra denominación y desde hace algunos años, utilizar las plataformas digitales de transporte, entre ellas las más conocidas son Uber, Didi, Indriver, Maxim, entre otras.
Antes de abordar el panorama actual de este tipo de transporte, recordaremos el origen de la palabra “taxi”. Esta es la palabra que universalmente se emplea para identificar a los vehículos que otorgan el servicio de transporte, dentro de los márgenes de las ciudades o fuera de ellas, que no siguen una ruta especifica sino que se rigen por la dirección suministrada por el usuario o persona que solicita el servicio, a cambio d un tarifa determinada normalmente por los kilómetros que se tenga que recorrer entre el punto de inicio y el punto de destino el viaje.
Franz Von Taxis fue el pionero y propulsor de esta idea en el año 1504, al crear la primera línea regular de coches de caballerías entre Holanda y Francia. Sin embrago no fue sino hasta 1904, cuando Louis Renault inventase el taxímetro con el que se calculaba el precio de los viajes según los kilómetros recorridos y el tiempo empleado en ellos.
La palabra taxi, es una abreviación de taxímetro, que es derivada del griego τάξις, tasa y μέτρον, que expresa medida.
En Yucatán, como en el resto del país, los primeros vehículos que empezaron a circular a principios de 1900 fueron la evolución de las primeras prácticas de transporte público que se hacían en carrozas tiradas por caballos, en el siglo anterior
En la actualidad, luego de varios años en que gozaron de la preferencia de los usuarios, que tenían limitadas opciones para trasportarse en taxis, los de las agrupaciones sindicalizadas de choferes de estos vehículos, entre ellas la principal que es el Frente Único de Trabajadores del Volante (FUTV) fundado en 1936, dominaron el mercado imponiendo tarifas casi de manera monopólica.
El usuario que decidía utilizar el servicio “Del Volante” (como se le conoce aún), que tuvo su auge en las décadas de los años 80, 90 y la del año 2000, sabía que tenía que atenerse a la tarifa que el chofer le indicara, ya que previo a hacerle la parada estando en la calle o tomarlo en uno de los sitios establecidos en las principales calles de Mérida, tenían que preguntarle al operador cuanto les costaría el viaje.
Más adelante años antes del 2000, se instaló en los vehículos el aparato electrónico conocido como “taxímetro” que contabilizaba de acuerdo con cada kilómetro recorrido, la tarifa que habría de pagar el usuario. Aunque al principio esta innovación pareció reducir el costo de los viajes, pasado un tiempo se supo que estos aparatos eran manipulables y se podían “alterar” con el fin de cobrar más al usuario.
Hacia febrero de 2016, la llegada de Uber a Mérida, se vio acompañada de polémica y problemas. Con solo dos meses de operar en la capital yucateca, la plataforma digital de transporte privado operada por medio de una aplicación móvil, fue “blanco” de las autoridades de transporte quienes so pretexto de regularizar el servicio, comenzaron a detener las unidades.
En ese entonces, en las inmediaciones del Aeropuerto Internacional de Mérida se suscitó una escena de violencia por parte de trabajadores del Frente Único de Trabajadores del Volante (FUTV), quienes protestaban debido a que afirmaban, la plataforma no pagaba los impuestos correspondientes para operar. Los integrantes del FUTV se fueron contra los choferes de Uber, que trabajaban en esa zona.
Días después, el gobierno encabezado por el priísta Rolando Zapata Bello, envió la iniciativa al Congreso del Estado para modificar la Ley de Transporte del Estado e incluir la regulación para el servicio de transporte contratado a través de plataformas tecnológicas como Uber y las que quisieran prestar el servicio en Yucatán.
Roberto Rodríguez Asaf, Secretario General de Gobierno de ese entonces, y Jorge Esquivel Millet, consejero jurídico, argumentaron que esta regulación era necesaria para mantener a la vanguardia la Ley de Transporte del Estado, ya que hasta ese tiempo, no contempla la existencia de plataformas digitales.
Posterior a la llegada de Uber, de origen holandés, no tardó en llegar a México y a Yucatán, Didi, plataforma china que ofrece el mismo servicio. A esta se sumaron la rusa Indriver, la española Cabify (que ya no opera en Yucatán) y hasta plataformas locales como THO Service.
Ante la fuerte competencia que estas representaron para los taxis tradicionales como los ya mencionados del FUTV, de organizaciones como Radiotaxímetros (del mismo sindicato), UTY y otras asociaciones, algunos se vieron en la necesidad de implementar aplicaciones móviles para prestar el servicio. La mayoría implementó un taxímetro digital operado por medio de una tableta electrónica instalada en la unidad, para contar los kilómetros recorridos y calcula el monto a pagar.
El FUTV creó una aplicación móvil que denominó “Mi Taxi Yucatán” para prestar el servicio de manera similar a Uber y demás, sin embargo aunque la aplicación todavía existe, es poca la gente que la utiliza, ya que constantemente presenta fallos. Al descargar la App, esta se instala de manera normal, sin embargo, al intentar abrirla en la pantalla inicial aparece el mensaje: “Revise su conexión y reinicie la App”
En los años de apogeo de los gobiernos del PRI, su brazo ejecutor de operativos de choque ya sea en tiempos electorales o no, fue el FUTV y sus 4 mil socios que llegó a tener en sus mejores tiempos. Los líderes del sindicato de taxistas, siempre adherido al partido tricolor, eran premiados con concesiones que se le otorgaban de manera gratuita para que ellos las vendieran en miles de pesos.
Una concesión o “placa” de taxi, en la época dorada del FUTV se llegó a cotizar en más de medio millón de pesos que ante el cuasi monopolio que el sindicato tenía, se recuperaba en dos o tres años, esa inversión.
En los buenos tiempos, una placa de taxi llegó a costar hasta 600 mil pesos o más. Pero quien lograba comprarla, sabía que ese dinero iba a recuperarlo rápidamente en máximo tres años porque ellos eran los reyes y no había más competencia. Los grupos que intentaban surgir eran aplacados, no pocas veces, con violencia. Pero esos tiempos ya cambiaron, ahora es cada vez más difícil tener flotillas porque ya aunque se siguen utilizando los prestanombres, ya no es algo rentable ante la irrupción de las plataformas de taxis. Hoy una placa de taxis cuesta máximo 300 mil pesos, incluso se pueden conseguir en 150 mil pesos, ya se han devaluado. Por eso, quienes tienen concesión ahora deciden rentar la placa sin vehículo, entre 4 y 5 mil pesos al mes. Sin embargo en la pandemia, apenas se les podía pagar 2 mil 500 o 3 mil pesos. Ya se van recuperando ahora que va pasando la emergencia”, nos compartió J.E., taxista veterano que vivió los mejores tiempos del FUTV.
Menciona que a diferencia de los choferes tradicionales de taxis como los del Volante, los conductores de Uber son profesionistas, estudiantes, comerciantes y empleados, que tienen mejores autos de modelos recientes.
“Lo que también tienen los choferes de esas plataformas es que la mayoría son honestos, porque son como cualquier ciudadano que ve en esa actividad la posibilidad de obtener un ingreso extra utilizando su propio vehículo. Por si fuera poco tienen mejores tarifas, por ejemplo del Centro de la Ciudad a Kanasín un taxi del FUTV te lleva en 150 pesos mientras que un Uber o Didi, te puede trasladar cobrando de 60 a 70 pesos”, agregó el entrevistado.
Se estima que las plataformas digitales tienen entre 3 y 4 mil operadores circulando en diferentes turnos durante el día, con lo cual se han convertido en una fuerza vital de transporte privado y que sin duda abona a ofrecer una alternativa al serio problema del transporte público en Mérida.
“Este servicio nos vino a dar empleo a miles de familias en Yucatán, porque no solo es la economía que genera para el conductor, sino que con la llegada de las plataformas, la venta de autos se incrementó, lo cual también es dinero que se queda en el estado”, expresó Antonio May, conductor de una de esta plataformas.
“Uber, Didi, Indriver y otras, tienen una mejor comunicación lo que brinda certidumbre inmediata a sus socios y conductores, cubre las multas cuando detienen las unidades y asegura económicamente los días perdidos por estos incidentes, además de que están aseguradas ante cualquier incidente de tránsito, tienen medidas de seguridad para el usuario por la localización GPS, grabación del audio durante el viaje, etcétera”, indicó el operador.
Acerca del sistema de trabajo dijo que lo que les ha afectado últimamente es que las plataformas se quedan con un porcentaje de cada viaje lo que merma sus ganancias.
“En el caso de Uber, se queda casi con el 40% del viaje. Si tomo un viaje de 100 pesos, casi 40 pesos son para la plataforma si a eso le sumas el combustible gastado en ese viaje, mi ganancia es mucho menor. Didi, cobra un porcentaje parecido y la única que hasta el momento nos cobra el 10% es Indriver. Hay ventajas y desventajas porque el seguro de Uber y Didi, aunque son caros (casi 20 mil pesos anuales), son de cobertura amplia, ellos se encargan de todo, hay el soporte adecuado por la empresa y la aseguradora, en cambio en el caso de Indriver se paga menos pero en caso de accidente, que Dios nos bendiga porque el soporte es nulo”, detalló.
Agregó que los choferes ya saben que plataforma utilizar dependiendo la hora del día, para obtener mejores ingresos.
“En las mañanas, Indriver está bueno, igual Didi. Y hacia la noche y madrugada, Uber tiene las mejores tarifas para nosotros los operadores”, apuntó.
Antonio reconoció que hay ocasiones en que las tarifas de las plataformas se disparan al cobrar la llamada “tarifa dinámica o de alta demanda”, pero dijo que se debe mediar para que el usuario pague lo justo y el chofer gane porque también tiene gastos de mantenimiento, combustible y seguros, además de que requiere obtener ingresos para proveer a su familia.
“No nos quejamos, sabemos trabajar y lo hacemos para dar un buen servicio al cliente porque a diferencia de los taxis tradicionales, a nosotros nos califican y hasta nos pueden bloquear, suspender o retirar de la plataforma si incurrimos en faltas graves. No te voy a decir que no hay compañeros que traen ciertas mañas porque han estado en esos sindicatos pero son los menos. Incluso hay quienes no se adaptan porque creen que pueden hacer lo que hacían en el FUTV pero acá es otra cosa, y se salen. Ni manera aquí en las plataformas hay trabajo y ganancias, para quien de verdad quiere trabajar y dar un buen servicio”, concluyó.
Lo que es una realidad, para los usuarios la llegada de las plataformas digitales de taxis representó una revolución en la manera en que se trasportan ya que por medio de estas aplicaciones instaladas en sus teléfonos móviles, en cuestión de minutos pueden tener un vehículo a la puerta de su hogar, negocio, empleo u otro punto donde se encuentren para realizar un viaje a precio justo.
Además, las unidades son de modelos recientes, con aire acondicionado la mayoría y con la opción de realizar el pago por medio de su tarjeta de debito o crédito. Gracias a las innovaciones que representan estas aplicaciones móviles, los operadores han visto aumentadas sus posibilidades de atender a todo tipo de clientes sin restricciones. (Reportaje de A7.com.mx).