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Lic. Jorge Carlos Ramírez Marín, diputado federal del PRI y vicecoordinador de su bancada en San Lázaro: Si fuera Secretario de Hacienda, lo menos importante sería tener mayoría o no. Las medidas fiscales son impopulares sin importar quién esté en el gobierno. Sólo me preocuparía porque el Sistema Tributario cumpliera con su función: proveer al Estado de los recursos necesarios para promover el bienestar de todos sin atropellar los derechos de cada individuo. Además, conservando un equilibrio justo entre quién paga y quién recibe beneficios, quién cobra y quién puede gastar.
—Fuera de este contexto de crisis, yo promovería un Sistema Tributario con dos impuestos principales: uno directo al ingreso (ISR) y otro Único al Consumo. Además, aumentaría las capacidades recaudatorias de los gobiernos locales para que sean ellos quienes ejerzan el gasto, en particular de proyectos con impacto local donde gobierno y ciudadanos se vinculen estrechamente.
—La principal característica de este Sistema Tributario Ideal sería la certidumbre, los impuestos generales estarían destinados a cubrir beneficios para todos. Nada de regímenes especiales.
R2.- La base del Sistema Tributario sería un Impuesto sobre la Utilidad Personal, un impuesto único que se pagaría a partir de generar una utilidad mayor a —por poner un umbral— cinco salarios mínimos. Todos lo pagarían, sin excepción: alarifes, ingenieros, doctores, Carlos Slim, Elba Esther Gordillo o el Presidente de la República. ¿Cuánto vas a pagar? se haría una tasa progresiva con un límite, para no afectar inversión, capacidad de emprender o el legítimo deseo de generar más recursos para mejorar las condiciones de vida propias; sin especular sobre montos, la tasa máxima estaría entre 25 y 28%.
—El otro sería un Impuesto Único al Consumo, cuyo principio es muy sencillo: si compras, pagas; quien más compra, más paga. Sólo habría como excepción una canasta básica de alimentos y una de medicamentos para no afectar a los sectores de menos ingresos.
—Si las circunstancias fueran parecidas a las actuales, mejoraría el Impuesto a los Depósitos en Efectivo para que cumpliera con tres objetivos: actuar como antídoto al lavado de dinero, convertirse en una herramienta para ampliar la base de contribuyentes, e incentivar la bancarización de los flujos de efectivo. Además, para crear infraestructura, se podrían obtener recursos de Contribuciones Ecológicas, que operarían mediante un Mercado de Bonos Verdes: el que contamina, o paga una cuota o ahorra recursos en otro proyecto.
R3.-Hay estudios que demuestran que el tamaño del mercado informal aumenta conforme más complejo es el sistema de tributación. Si bien es una obligación del ciudadano pagar impuestos, el principal interesado en que lo haga, es el Estado. De esta forma, deben aumentar los esfuerzos de parte del Sistema de Administración Tributaria para acercarse a sus contribuyentes.
—Varias medidas prácticas: reducir a cero el número de excepciones del ISR; reducir a cero el número de excepciones en impuesto al consumo. ¿Hay algo más simple que pagar sólo 2 impuestos? Además, avanzaría en la digitalización del sistema, implementaría medidas para que el pago de impuestos se pudiera realizar a través de cualquier mecanismo bancario.
R4.-En un reciente estudio de Gabinete Comunicación Estratégica, 81% de los encuestados contestó que aceptaría más impuestos si hubiera reacciones reales contra la corrupción. Esto refleja el principal problema de los impuestos en México: la gente no ve reflejado el dinero que se les quita en su vida diaria. Hay que generar acuerdos en los que al ciudadano le convenga hacerse contribuyente.
—La mejor forma que encuentro para hacer crecer la base tributaria es mediante un sistema de “dando y dando”: intercambiar el registro voluntario al Registro Federal de Contribuyentes por beneficios que motiven a trabajadores, patrones y comerciantes informales a registrarse: planes preferentes de Seguridad Social, puntos en el INFONAVIT, Becas Estudiantiles Universitarias, etc.
—Además, otro punto muy importante es que la evasión fiscal en México –como cualquier otro delito– aumenta porque es “casi imposible” ser sancionado. La impunidad es uno de los grandes males del sistema fiscal. Es por esto que, a la par de facilitar el pago de impuestos, es necesario ser más efectivo en la persecución de los defraudadores.
—Una propuesta audaz podría ser: pertenecer al Registro Federal de Contribuyentes desde el nacimiento: vincular al Registro Federal de Contribuyentes con el padrón de Hacienda, que te daría de alta tras tu primera operación bancaria. Habría que incluir reformas de privacidad, secrecía de los datos y edad (aunque hay que recordar que en México hay millonarios muy jóvenes y hay quienes son pobres y miserables desde que nacen hasta que mueren).