Inicia temporada la puesta en escena “Alrededor de las anémonas”
Osvaldo Chávez459 palabras
México (29 de abril).- La nanomedicina se perfila como la mayor proyección en ciencias de la salud para el siglo XXI. De funcionar, será posible tratar miles de malestares con mayor eficacia -prácticamente infalible- y sin daño colateral al organismo.
Un nanómetro es la millonésima parte de un milímetro; la tecnología nanométrica es toda aquella inteligencia artificial o manipulación de materia a escala atómica, molecular y supramolecular. Los científicos trabajan en el perfeccionamiento de estos medios, ya que a partir de su éxito miles de nuevas formas de tratar los padecimiento pueden lograrse.
El desarrollo de las nanoterapias se encamina a tratar específicamente los tejidos y órganos enfermos, evitando dañar a las células sanas circundantes y, por tanto, evitando los efectos secundarios que mantienen la mayoría de los tratamientos actuales.
En Estados Unidos, el Instituto Nacional de Cáncer estudia las aplicaciones de la nanotecnología para instaurar diagnósticos tempranos y tratamientos que eviten la muerte y sufrimiento del paciente con cáncer.
La NASA impulsa actualmente programas para el diseño de un prototipo de célula artificial que permita su integración a nivel tisular y modifique las estructuras del ADN de células vecinas. Algunas investigaciones son sobre la capacidad de ciertos materiales nanométricos, para modificar la estructura de bacterias, virus u otros agentes externos que agreden al ser humano. La Fundación Nacional de las Ciencias de Estados Unidos predice que para finales del año 2015, la mitad de la producción farmacéutica dependerá de la nanotecnolgía.
Otras de la aplicaciones de la nanotecnología serán: la caracterización más precisa del perfil genético del paciente, con lo que se podrán reemplazar genes defectuosos o ausentes; biomateriales inteligentes para desarrollar prótesis de extremidades; acceso quirúrgico a regiones corporales inaccesibles, o el desarrollo de tejidos y órganos para trasplante, que no serán rechazados por el sistema inmunitario; en fin, existe una gran cantidad de potenciales de uso.
Desde sus raíces en el cine de ficción –El viaje fantástico en 1966 fue una película donde, para salvar la vida de un científico, un equipo médico es miniaturizado es inyectado en el cuerpo del hombre- los médicos y científicos han intentado hacer de esta nanomedicina una realidad posible y aunque ahora mismo está es empleada en el desarrollo de diagnósticos más precisos, se cree que en un futuro no muy lejano todas sus otras aplicaciones serán completamente seguras para su uso humano. Por Diana Caballero.