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México (17 de julio).- Tradicionalmente, la innovación ha estado casi siempre ligada a un contexto exclusivamente industrial y tecnológico. Sin embargo, esta también puede basarse en la detección de una nueva línea comercial o en la capacidad de las empresas para mantener la mayor cuota de mercado posible.
Estas ventajas competitivas abarcan desde unos niveles de inversión e investigación básica elevados, hasta los más pequeños cambios en el diseño o en la forma de presentar un producto ya existente, así como la fabricación y apoyo en el mercado del mismo.
“Sin innovación en los diferentes productos y sin innovación dentro de los diferentes procedimiento en una empresa, se hace muy difícil subsistir”, señala Jorge González, director de ventas para México y Latinoamérica Norte de Verbatim en entrevista para EL SEMANARIO.
En ese proceso las empresas deben asumir que la innovación afecta a todas sus áreas funcionales, desde la del diseño y el desarrollo de bienes y servicios, pasando por la comunicación y el marketing, hasta la internacionalización, los recursos humanos, los procesos o la gestión empresarial.
Por otra parte, la necesidad de adecuarse mejor y más rápido al avance tecnológico y al actual mundo competitivo y globalizado precisa de la adopción de una serie de medidas por parte de las empresas para alcanzar el nivel de competitividad que demandan los mercados y optimizar el logro de resultados.
A decir de González, la única manera de poder subsistir en un mercado tan competitivo como el actual en el área de tecnología es básicamente con la innovación de producto, de procedimientos, el estar al alcance del usuario final en términos de información, el trabajar con productos atractivos para el mercado creciente, masivo y que además son globalizados.- (Agencias)