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La Habana, Cuba, mayo 12 de 2017
Rememorando viejos tiempos de la Guerra Fría, Rusia va a comenzar a enviar grandes volúmenes de combustible a Cuba, un auxilio necesario para reflotar su exánime economía lastrada por la grave crisis en Venezuela, que ha reducido sus despachos de crudo subsidiado en más de 40% a la isla.
Está previsto que esta semana desembarque en Matanzas, a unos 100 kilómetros de La Habana, el tanquero “Maersk Erin” con 249 mil barriles de diesel, en virtud de un acuerdo firmado el pasado marzo en Caracas entre la petrolera rusa Rosneft y la venezolana PDVSA, principal proveedor de crudo a Cuba desde 2003 a precios favorables.
Ese primer envío forma parte del compromiso de la petrolera rusa de suministrar a Cuba 250 mil toneladas de petróleo y diesel, unos dos millones de barriles para una isla que desde el verano pasado ha racionado el consumo de electricidad y combustible en el sector estatal.
Aunque no se ha anunciado oficialmente, el monto de la transacción está valorado en unos 100 millones de dólares a precios de mercado, pero analistas aseguran que Cuba —que decreció 0.9% en 2016 y entró en recesión por primera vez en 23 años— no dispone de liquidez para afrontar esos pagos.
Uno de los detonantes de la situación en Cuba ha sido la grave crisis en Venezuela, principal aliado político y comercial de la isla desde 2003, cuando los ya fallecidos presidentes Fidel Castro y Hugo Chávez acordaron el intercambio de petróleo venezolano por la prestación de servicios por parte de profesionales cubanos.
La isla sólo produce unos 50 mil barriles, lo que representa un déficit de 60% que antes cubría íntegramente Venezuela.